Hoy voy a comentar nuevos descubrimientos que se han hecho sobre el ácido acetilsalicílico, más comúnmente conocido como "aspirina". Pero antes... un poco de historia.
El ácido acetilsalicílico se sintetizó por primera vez en el año 1899, a partir de corteza de Salix spp. (concretamente S.alba, aunque otras especies también presentan propiedades). La preparación tradicional se realizaba mediante la transformación digestiva de la salicilina en ácido salicílico, y la acetilación de éste, resultando el conocido ácido que denominamos de forma común "aspirina". No obstante, más tarde, se comenzó a realizar síntesis química pura de esta sustancia, y sólo durante los primeros años se utilizaba el sauce. (Aspirin Fundation, 1983)
La palabra "aspirina" además tiene un origen curioso. Hace referencia al género Spiraea, que además de crecer cerca de las riberas, al igual que los sauces, acumula también salicilina.
Las propiedades farmacológicas son muchas y diversas. En resumen, podemos citar las siguientes:
- Analgésico. El uso más común. Suele aplicarse a cefaleas, y también a dolores musculares y articulares, aunque sigue siendo útil incluso en caso de, por ejemplo, dolores de muelas. La actuación es a nivel hipotalámico y también a nivel periférico, bloqueando la generación de impulsos dolorosos. Es mucho más útil, por tanto, consumir el medicamento antes del proceso doloroso o cuando éste está comenzando.
- Antiinflamatorio. Actúan sobre las fases iniciales de la inflamación, por lo que no sirve tanto para reducir la inflamación como para evitar que se forme.
- Antipirético. Al dilatar los capilares periféricos, incrementa la sudoración, y reduce el exceso de temperatura, pero sin afectar en caso de que la temperatura se encuentre en niveles normales.
- Antiagregante. Fluidifica la sangre. Es útil, por tanto, para mejorar el riego sanguíneo y regular la presión sanguínea.
Como precauciones, podemos resumir que hay que tener cuidado al mezclarlo con otros antiinflamatorios no esteroides (como el ibuprofeno, por ejemplo); la inhibición de prostaglandinas (que le dan el caracter antiinflamatorio) hace que sea broncoconstrictor, así que hay que tener también cuidado en asmáticos y similares; hay que tener mucho cuidado en administración en niños y en fases de embarazo y lactancia, pues es probable que se relacione con la aparición del síndrome de Reye; además, está contraindicado en personas con problemas de coagulación y en mujeres durante la menstruación, ya que fluidifica la sangre.
Está completamente contraindicado, por las interacciones que presenta, combinarlo con naproxeno, con heparina y otros anticoagulantes, con alcoholes, con barbitúricos y con inhibidores de la anhidrasa carbónica.
Además, es agresivo con las mucosas gástricas, por lo que ha de ingerirse comida antes del consumo de aspirina.
Las reacciones adversas y los efectos de sobredosis presenta una sintomatología generalmente asociada al sistema digestivo: vómitos, gastralgias, gastritis, e incluso úlcera péptica. En casos más graves podría producirse acidez metabólica.
Vale. Eso es lo que se sabía hasta ahora, según aparece en el Vademécum de prescripción de Vanaclocha y Cañigueral (2003), y en otras obras. Sin embargo, hay nuevos descubrimientos. Según la revista online Muy Interesante...
El cáncer se previene con aspirina
Investigadores de la Universidad de Oxford, liderados por Peter Rothwell, han demostrado que tomar una dosis de 75 miligramos de aspirina (ácido acetilsalicílico) a diario reduce las tasas de mortalidad de cáncer de esófago, pulmón, estómago, páncreas, y posiblemente cerebro, en casi un tercio. El beneficio es independiente del género del paciente y de si fuma o no. Pero es necesario que el consumo del medicamento se prolongue durante al menos cinco años consecutivos, según publica hoy la revista médica británica The Lancet.
Analizando a 25.570 pacientes a lo largo de veinte años, Rothwell y sus colegas han llegado a la conclusión de que la aspirina reduce el riesgo de deceso por cáncer en aproximadamente un 10% para el cáncer de próstata, 30% para el de pulmón, de 40% para el cáncer colorrectal y de 60% para el del esófago. Para este último, así como para el cáncer de pulmón, el beneficio está limitado a una categoría de tumores, los llamados adenocarcinomas.
Estos resultados no quieren decir que todos los adultos deban ponerse inmediatamente a tomar aspirina, sino que demuestran los importantes provechos aportados por el fármaco en baja dosis dosis en términos de reducción de la mortalidad debida a varios cánceres comunes, lo cual es muy novedoso, según los autores del estudio.
Por lo visto, y a modo de conclusión, este medicamento (y su precursor desde la corteza de sauce) que no presenta efecto memoria, y por tanto, sigue siendo igual de efectivo por mucho que pase el tiempo (ya lo usaban los egipcios hace 3000 años) sigue siendo objeto de estudio, y se siguen haciendo descubrimientos, mucho después de que se pensara que todo está descubierto. Es el medicamento del que más se ha estudiado, y por otra parte, del que más cosas se siguen descubriendo.
Y por cierto. Muchos diréis "a mi la aspirina no me hace nada". Señores. El problema esté seguramente en que no la utilizais de forma adecuada. Como dije, la aspirina no se usa cuando el dolor ya está asentado y fijo, sino cuando está empezando. Si tomáis la aspirina cuando empieza a doler, en vez de tomarla cuando ya te está doliendo, creedme, funciona.
2 contribuciones:
¡Hola!
Interesante artículo, pero te voy a hacer una corrección. El AAS no es un anticoagulante, como lo sería la heparina, sino un antiagregante, que son dos cosas diferentes, aunque a primeras se puede pensar que es lo mismo.
Vamos, que no permite que la agregación plaquetaria y se forme el trombo (actúa sobre las plaquetas), mientras que los anticoagulantes actúan sobre los factores de la coagulación.
Me parece muy curioso el estudio llevado a cabo con respecto a la prevención del cáncer. No me queda especialmente claro la relación beneficio/riesgo que existe en caso de toma de pequeñas dosis de AAS de forma continuada, pues como bien has dicho tiene un porrón de efectos sobre otras zonas del organismo más allá de "curar el dolor", pero esperemos que la línea de investigacion siga por esos derroteros.
Un saludo!
Elfy
Es cierto, Donna. Lo corrijo de inmediato. Fue un lapsus.
Realmente, el efecto es el mismo, sólo que cambia el método de acción, como bien has explicado.
No hay muchos riesgos sobre el consumo continuado de pequeñas dosis de AAS, excepto la citada agresividad con las mucosas gástricas y las interacciones ya comentadas.
Un saludo, y gracias por pasarte por aquí.
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