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lunes, 1 de abril de 2019

¿Está usted segura de que no es lo que cree no ser? — Respuesta a Mónica Molner Andrés

Este artículo está escrito en respuesta al artículo «No soy una “pseuda”» de Mónica Molner Andrés. Es un texto que he encontrado de forma reiterativa en las redes en muy poco tiempo (apenas se escribió el día anterior al que redacto esta entrada), y en el que la autora pretende defender una postura que me gustaría analizar.

Buenos días, tardes o noches, según cuándo esté leyendo esto, señora Molner. Me permitirá que no le llame doctora, pero comprenderá que no me fíe.

En primer lugar, me sigue asombrando, aunque ya no sorprendiendo, que se aplique el apelativo de "inquisición" al plan que recientemente los Ministerios de Ciencia, Innovación y Universidades y de Sanidad, Consumo y Bienestar Social han iniciado con el fin de luchar contra el intrusismo de las pseudoterapias en la salud. Algo que en la calle, en los medios y en las redes algunos llevamos más de una década realizando —este blog cumplirá 10 años en junio, y un servidor ya llevaba tiempo metido en esa lucha en aquél entonces_, y que por fin ha dado el salto al campo político.

Me asombra que usted le llame "inquisición", ya que la inquisición fue aquella que defendió dogmas carentes de validez y negó la realidad demostrada mediante la ciencia, con los consabidos resultados. Fue la inquisición la que negó a Galileo la libertad de comunicar un conocimiento basado en las observaciones empíricas porque atentaba contra los dogmas que ella defendía. Fue la inquisición la que hizo que Giulio Vanini ardiera en la hoguera por sugerir que los hombres descendíamos de monos, 250 años antes de Darwin. Fue la inquisición la que dejó a Pietro d'Abano morir en prisión por pretender introducir en los territorios cristianos la medicina árabe, que estaba mucho más avanzada que la empleada en la Europa medieval.

No fue, señora Molner, la inquisición la que defendió el uso del conocimiento científico y frenar el dogmatismo y las afirmaciones basadas en la fe, carentes de toda prueba. No. La inquisición fue quien defendió los dogmas a capa y espada, y si era necesario para tal defensa, negó la realidad. Es por eso, señora Molner, que carece de sentido que usted hable de inquisición. El programa que los citados Ministerios quieren llevar a cabo es lo diametralmente opuesto a lo que la inquisición hacía. La iniciativa #coNprueba es, de hecho, de lo más 'galileano' que nos podemos encontrar, pues lo que pretenden es desterrar todo atisbo de intrusión dogmática y carente de demostración científica de un aspecto tan importante para nuestras vidas como es... bueno, como es nuestra propia vida. Pues de eso trata la salud, al fin y al cabo.

No deja de resultarme irónico, de hecho, que hable usted, señora Molner, de "inquisición", que apele al ad hominem con "los ministros de turno encabezando una cruzada con batallones de soldados adiestrados", y de forma inmediata se queje de insultos y descalificaciones. En serio, supondré que usted no se ha dado cuenta de que antes incluso de quejarse de que haya quienes insultan y descalifican a quienes mantienen la postura que usted mantiene, ya ha insultado y descalificado usted misma a quienes defienden (defendemos) la postura contraria.

Sin embargo, tomo nota de su sensibilidad de cara a insultos y descalificaciones, señora Molner, y, a pesar de que usted ya me ha insultado y descalificado a mi al aplicar despectivamente un plural hacia un colectivo que me incluye, yo no lo haré.

Dice usted ser médica desde hace más de 20 años. Y pregunto. ¿Qué tiene eso que ver? Tal vez no se ha dado usted cuenta, pero lo que está haciendo al presentarse de ese modo es equivalente a ponerse la bata antes de hablar. Intenta usted apelar a la autoridad. Pretende usted que todo lo que venga después de esa frase inflame de confianza al lector. Tal vez lo haya hecho sin darse cuenta, pero sepa usted que puede ser médica desde hace 20 años, 40, 60, y puede ser hija de médicos, si quiere. Como si tiene ocho apellidos de médico; no importará. El valor de los argumentos radica en las pruebas que se presenten junto a dichos argumentos, y no en la autoridad de quien los esgrime.

Por supuesto, señora Molner, tampoco es un argumento válido apelar a las emociones. No importa cuántas preocupaciones se haya llevado usted, ni cuánto tiempo haya invertido usted en su formación. Que a usted no le guste haber perdido el tiempo aprendiendo lo que quiera que haya aprendido, que en su carta no lo especifica. No me importa que se trate de homeopatía, reiki, flores de Bach, acupuntura, sanación con ángeles, orinoterapia o el movimiento sectario de la bioneuroemoción. Si usted se ha formado en pseudoterapias, es problema suyo. Yo mismo me he formado en homeopatía.

El problema que veo yo es, de hecho, de base. Un médico que presume de haber hecho 6 años de carrera y 3 de MIR —de nuevo, apelando a las emociones del lector y a la autoridad de un título— debería saber lo suficiente de cómo funciona el cuerpo humano a nivel físico, químico y biológico, y cómo funcionan las enfermedades, como para saber que la homeopatía es una estafa. Como para saber que un cáncer de mama no se causa por un conflicto emocional con tu madre. Como para saber que no existen líneas de energía vital que viajan por nuestro cuerpo equilibrando el Yin y el Yang. Y como para saber que la imposición de manos es un timo que fue desmontado por una humilde niña de 9 años con un experimento de colegio.

Y es que, como he dicho muchas veces, algunas de estas pseudociencias —como la homeopatía, que para que sea real, tendría que suceder: que el vitalismo fuese cierto, que no existieran los átomos, que la farmacodinamia fuese falsa, que los miasmas fuesen ciertos, y en resumen, que casi toda la física, química y bioquímica de los últimos dos siglos estuviese equivocada— son tan burdas, que si un supuesto profesional sanitario las practica, es que no es un profesional sanitario. Por uno de estos dos motivos.

  1. Porque crea que es eficaz, y por tanto, es un incompetente y nada de lo que ha aprendido le ha servido para mucho.
  2. O porque sepa que es ineficaz y aún así la practica, en cuyo caso es inmoral.



Pide usted, señora Molner, que respetemos el derecho de los pacientes. Y es precisamente eso lo que hacemos. El derecho a la protección de la salud está recogido en nuestra Constitución Española, y es el Estado quien debe velar por su cumplimiento. El problema es que proteger la salud incluye prevenir al paciente de ser engañado, y a las personas que se dedican a ese tipo de engaños no les gusta que les digan que no pueden hacerlo. A pesar de que aparece claramente especificado en el código deontológico médico; por cierto, si usted de verdad es médico como dice ser, debería leerlo de vez en cuando. La próxima vez que lo haga, deténgase en el artículo 26, y léase con atención los artículos 1 y 2. Verá con sorpresa que es su propio código deontológico, señora Molner, el que le pide que no administre a sus pacientes remedios cuya eficacia no haya sido científicamente comprobada.

Dedica usted un párrafo a decir quién merece ser perseguido y por qué. Y no disiento, en ese párrafo, en ningún punto concreto. De hecho, considero que tiene razón en que todas esas malas prácticas merecen ser perseguidas y eliminadas, en favor de un sistema de salud que, valga la redundancia, sea sano en su propia idiosincrasia. Pero lamentablemente, ahí también pretende usted argumentar desde la falacia. En concreto, una falacia de falsa dicotomía al suponer que luchar contra una mala práctica —la de la presencia de pseudoterapias en el sistema médico— implica no luchar contra el resto.

Menciona usted, señora Molner, cerca del final de su desordenado discurso, a la Organización Mundial de la Salud. Tal vez usted no ha leído con atención la Estrategia que usted misma pretende citar aquí. Pero no se preocupe, porque se lo traigo yo mismo. En varios puntos del documento, así como en el resumen mismo que aparece en la página web de la OMS se puede leer:

Esos objetivos se alcanzarán por medio del establecimiento de tres objetivos estratégicos, a saber:
1) desarrollo de una base de conocimientos y formulación de políticas nacionales;
2) fortalecimiento de la seguridad, la calidad y la eficacia mediante la reglamentación; y
3) fomento de la cobertura sanitaria universal por medio de la integración de servicios de MTC y la autoatención de salud en los sistemas nacionales de salud.

Esto pone de manifiesto dos cosas. Primera: que no habla de la "medicina integrativa" como usted llama (epíteto absurdo, pues la medicina, la de verdad, ya es integrativa por pura definición), sino de la "MTC", o "medicina tradicional china".

La segunda cosa que pone de manifiesto está recogida en el punto dos de los objetivos listados. Especialmente en ese punto quiero destacar una palabra. EFICACIA. Si una práctica no se demuestra como eficaz, entonces no cabe en esta Estrategia de la OMS. Así que, una vez más, lo que los Ministerios proponen es precisamente lo que la Estrategia de la OMS requiere: que solo sea admitido aquello que tiene eficacia demostrada.

Invita usted a la reflexión y a la tolerancia. Podré reflexionar todo lo que usted quiera, pero nunca toleraré que nadie se lucre a costa de la salud de otros. Nunca toleraré que nadie venda, recomiende, prescriba o aplique técnicas o sustancias cuya eficacia no haya sido demostrada, a pacientes que necesitan atención médica de verdad. Atención por parte de la medicina, medicina sin apellidos. La única medicina que hay. Es gracioso que hable usted de luchar contra los "delincuentes de la salud" y mejorar la Salud Mundial, e inmediatamente antes pida que nadie meta gol en propia puerta. Es tan irónico como el tema de los insultos que encabeza esta respuesta.

No querría irme sin recordarle una cosa, señora Molner. Puede usted haber estudiado 6 años de carrera, 3 de MIR, 3 Másteres y tantos cursos de formación que no me caben aquí. Si usted practica homeopatía, no importa cuánto se haya formado ni cuánto o cuánto poco de rubia tenga, usted será una pseudocientífica que practica pseudoterapias.

Si no le guste que le digan "pseudo", no practique usted pseudoterapias.


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