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viernes, 7 de septiembre de 2018

#VaryExplica: Estudios sobre la Homeopatía

En la literatura científica hay un montón de estudios científicos que arrojan resultados positivos hacia la homeopatía. Eso es cierto. Pero también es cierto que existen un gran número de estudios que demuestran que su efectividad no es superior al placebo.

¿Entonces? Hay diversas variables que debemos tener en cuenta en este aspecto.

Empecemos por la primera. El valor de significación estadística.

Típicamente consideramos que un valor es estadísticamente significativo cuando tiene un valor P menor de 0.05. Pero eso tiene un pequeño problema. Y es que si tomamos en cuenta 100 experimentos aleatorios que deberían arrojar resultados negativos, estadísticamente hablando, 5 nos darán resultados significativos cuando en realidad solo se deben al azar. Cosas de la estadística. De modo que cabe esperar que si tan solo 1 de cada 20 estudios arroja resultados positivos, éste se deba a una anomalía estadística. Pero lo cierto es que hay más de 1 de cada 20 que hablan a favor de la homeopatía.

Hablemos ahora del sesgo de publicación.

Es un hecho que cuando un grupo de investigación obtiene resultados negativos, es relativamente poco común que publique dichos resultados. Cuando un resultado es positivo, las revistas lo acogen con gusto y el artículo es publicado casi siempre.
Cuando es negativo, no. Eso hace que muchos estudios con resultados negativos nunca vean la luz, y se pierdan en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Así que a nuestra particular ecuación debemos añadir ese sesgo de publicación. Que se puede resumir en: "los artículos de resultado negativo son una minoría respecto al total de experimentos de resultado negativo realizados".

Pensemos ahora en un tercer factor. La calidad metodológica.

Muchos de los artículos que se publican en homeopatía tienen una calidad metodológica profundamente deficiente. Ensayos que no realizan el doble ciego, sino ciego simple, caen en los sesgos propios de los investigadores. Ellos tienen una expectativa y tenderán a redondear o acomodar los datos (incluso de forma subconsciente) para verificar esa expectativa. Si además ni siquiera hay ciego simple, sino que el paciente sabe lo que toma (que los hay), directamente no puedes discriminar efecto placebo. Peor aún cuando el estudio no está comparado con un placebo. Que también los hay.

Una incorrecta homogeneización de los pacientes o un tratado diferencial a cada grupo también influye en los resultados. Si en un grupo tomas una muestra de personas de alto nivel adquisitivo y, por separado, otra muestra de personas de bajo nivel adquisitivo, algo falla. Los que lo tengan algo tendrán mejores resultados que los otros, aunque ambos grupos tomen placebo. Ídem para personas con buena alimentación vs. personas con mala alimentación, o rebaños de ovejas que pasten en distintos prados. Algo tan sencillo como que uno de los rebaños tenga acceso a unas plantas que el otro rebaño no tiene puede alterar los resultados. Invalidando el estudio por completo.

También podemos hablar del origen del producto homeopático.

Lo ideal sería o bien fabricarlo en el mismo laboratorio o bien usar comercial. Pedir a un fabricante homeopático que te provea de un lote de productos homeopáticos específicos para una dolencia dada, es peligroso. Es peligroso porque estás dándoles el control de lo que vas a administrar, y es muy fácil para ellos adulterar el producto; fabricar un producto que sí tenga principios activos para tergiversar los resultados y validar un producto que no es el que se vende en farmacia. Ojo. No digo que se haga ni que se haya hecho, digo que se puede hacer y que es un motivo suficiente como para no fiarse del estudio.

El metaanálisis de The Lancet de 1997 concluyó, tras analizar sistemáticamente 89 estudios, que no se disponía de datos suficientes que demuestren la eficacia de la homeopatía en ninguna condición de salud. El publicado en 2000, confirma que no hay evidencia suficiente que pruebe la superioridad de los tratamientos homeopáticos frente al placebo.

El de 1998 reconocía efecto, pero reconocía que los estudios resultaron ser metodológicamente inadecuados para llegar a una conclusión clara.

Otro de 1999 afirmó que los estudios que dieron resultado positivo tenían metodología más incompleta y por lo tanto, que los resultados positivos obtenidos a partir de esos estudios son probablemente causados ​​por las deficiencias en los diseños experimentales.

El metanálisis de Lancet en 2005 con 105 estudios concluyó que los efectos de la homeopatía se basan en el placebo.

Yendo a condiciones específicas, se ha probado su eficacia tratando cáncer. Resultado: no hay evidencias de eficacia.

Si nos vamos a búsquedas de calidad, las revisiones de Cochrane tampoco arrojan buenos resultados.  Sigamos con revisiones sistemáticas. Una de 326 artículos. Resultado: homeopatía = placebo. Hay también experimentos físicos realizados sobre productos homeopáticos. Resultado: no hay controles suficientes y los experimentos sufren por lo general graves fallos metodológicos.


¿Hablamos de riesgos?

No nos olvidemos, obvio, del riesgo que supone creer estar protegido o luchando contra algo cuando en realidad no es. Cuando la gente cree estar protegida contra algo tiende a asumir más riesgos, y si la protección es irreal, eso repercute negativamente. Por ejemplo abandonar un tratamiento médico por consumir azúcar mágica o tomarse con laxitud las recomendaciones médicas "porque pastillas". Pero vamos a otros riesgos.

Hay sustancias homeopáticas de difícil disolución. Una preparación del producto de forma inadecuada puede hacer que el producto final tenga una concentración alta o incluso peligrosa de alguna sustancia dada. Eso ya ha sucedido, por ejemplo, con el caso del arsénico. Tenemos más casos de productos homeopáticos adulterados con sustancias peligrosas. Uno en Croacia por aquí.

Y no debemos olvidar que muchos fabricantes de productos homeopáticos etiquetan bajo "homeopatía" productos que contienen altas concentraciones de principios activos, naturales o artificiales. Como los casos de Stodal™, Traumeel™ y otros productos de Heel, por ejemplo. Eso no solo hace que sean probablemente eficaces (no por la homeopatía, sino por el principio activo que la acompaña), sino también peligrosos.

Dejo algo más de información al respecto.

En resumen.

Los estudios llevados a cabo hasta la fecha no han aportado pruebas sólidas que apoyen el uso de la homeopatía. Aunque algunos efectos positivos se observaron en algunos estudios, el efecto no fue más allá del efecto placebo en la mayoría de ellos. La mayoría de los estudios con efecto positivo demuestran errores metodológicos. Aunque la homeopatía per se no tiene efectos secundarios, puede generar riesgos asociados como el abandono de tratamientos eficaces. Algunos productos pseudo-homeopáticos etiquetados como homeopáticos, son potencialmente peligrosos por tener principios activos.

Dejo un artículo más, éste sobre cáncer, también.

Lo ideal sería mantenerse alejado de la homeopatía, actuando a la luz de las pruebas disponibles. Por eso asociaciones como @Farma_Ciencia e iniciativas como #HomeopatiaGenerica para el #dmf2017 son tan necesarias.

Luchemos todos por una farmacia libre de pseudoterapias.

Por el bien de todos.

Por el interés de la salud pública.

Por favor.

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