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lunes, 17 de noviembre de 2014

Anillo

Muchos creacionistas alegan siempre que no hay evidencias de organismos intermedios entre una especie y otra. También hablan mucho sobre que no somos capaces de mencionar una sola especie que esté evolucionando actualmente. Y por supuesto, eso les lleva a afirmar, en su error, que nunca se ha demostrado que una especie evolucione a otra especie diferente.

Los tres argumentos son falsos. Y los tres pueden desmontarse con un ejemplo muy sencillo.

Recordamos de esta entrada que la definición de especie era complicada, pero que no cabía duda de que en todos los casos en que dos grupos de seres vivos no pueden reproducirse entre sí el uno con el otro (según su sexo), son de especies diferentes.

¿Pero y si algunos pueden, pero otros no? Me explico.

(Wikipedia) Phylloscopus trochiloides
Imagina que tenemos una población de mosquiteros. Son unos pajaritos pequeños, amarillentos verdosos tirando a pardos, y de hermoso canto.

Este mosquitero, al que voy a llamar Phylloscopus trochiloides trochiloides, por ponerle un nombre, digamos que se extiende por el sur del Himalaya desde la zona de Nepal, por el norte de la India hasta el oeste de China.

Encontramos una subespecie de este, en la zona central y norte de China, en las provincias de Gansu y Mongolia Interior, a la que llamamos P.t. obscuratus. Si continuamos hacia el norte por Mongolia y hasta la zona oriental y central de Siberia nos encontramos con otra subespecie que llamamos P.t.plumbeitarsus.

(Wikipedia) Relación de subespecies de la
especie anillo Phylloscopus trochiloides
  • Rojo: P.t.plumbeitarsus
  • Naranja: P.t.obscuratus
  • Amarillo-verde: P.t.trochiloides
  • Azul: P.t.viridanus

Por otro lado nos encontramos otra subespecie que se extiende desde el noroeste de la India hacia el norte, hasta Europa central por el oeste y hasta el centro de... ¡Siberia!, por el este. Se llama P.t.viridanus.

La subespecie viridanus puede reproducirse sin problemas y con descendencia fértil con la subespecie trochiloides. Además, trochiloides puede hacerlo sin dificultad con obscuratus, y ésta sin mayor esfuerzo con su vecina plumbeitarsus.

Siguiendo este esquema en el que cada subespecie puede reproducirse eficazmente con su subespecie vecina, no nos cabe ninguna duda de que pertenecen a la misma especie, ¿verdad?

Pero surge un problema. Claro. En el centro de Siberia coinciden dos subespecies diferentes, una que llega desde el oeste: viridanus, y otra que viene por el este: plumbeitarsus. Y el problema que encontramos es que estas dos subespecies no pueden reproducirse entre sí.

Y es un problema gordo para los taxónomos. Porque si no se pueden reproducir entre sí dando una descendencia fértil significa que son dos especies diferentes.

Lo que aquí tenemos es que, alrededor de la cordillera del Himalaya nos encontramos con un anillo de subespecies que mantienen una continuidad desde el oeste de Siberia, pasando por el sur, hasta el este de Siberia, según la cual todas pertenecerían a la misma especie porque en esta dirección todas las poblaciones pueden reproducirse y dar descendencia fértil con sus vecinas, pero que esa continuidad se fractura cuando las dos subespecies de los extremos se juntan en el centro de Siberia; fractura que nos obligaría a pensar en ellas como en dos especies diferentes.

(Wikipedia) Diagrama explicativo de
la naturaleza de una especie anillo.
Este tipo de especies las llamamos especies anillo. Y la causa de que ocurran no es otra que la evolución.

En una especie anillo lo que encontramos es una serie de poblaciones —en este caso, de la subespecie trochiloides— que se ha diversificado en nuevos hábitats, y por tanto, sobre las que han ocurrido dos cosas: una es que han sufrido distintas presiones selectivas, y la otra es que se ha reducido el flujo genético, sea por la aparición de barreras físicas —parapátrida— o por una reducción de las comunicaciones producida por la distancia —alopátrida—. En este caso particular, la diversificación de la población trochiloides dio lugar a viridanusobscuratus, y de la subespecie obscuratus se formó, después, plumbeitarus.

Esos dos procesos nos llevan a algo bien conocido.

La reducción del flujo genético implica que los animales de una población no mezclen los genes con los de la otra población, y por tanto, que las mutaciones que puedan surgir en una u otra no se comuniquen de una a otra.

Por el otro lado, el cambio en la presión selectiva lleva a que la población que lo sufre se vea favorablemente seleccionada por el ambiente en un aspecto diferente, y por tanto, que sean otras mutaciones las que se vean favorecidas.

Eso no es ni más ni menos que evolución. Solo que cuando hablamos de evolución los creacionistas entienden que hablamos de una especie dando lugar a otra distinta, y que cuando los cambios son dentro de la misma especie les ponen el rimbombante nombre de microevolución. Ellos sí que aceptan la innegable microevolución pero no el cambio de especie a especie.

Pero en este caso se les presenta un problema grave. Y es que este ejemplo simple de especie-anillo demuestra que el cambio de especie a especie no es más que la consecuencia lógica de llevar esa microevolucion intraespecífica a una mayor escala.

¿Recuerdan los tres argumentos citados al principio?


  1. Dicen que no conocemos organismos intermedios entre una especie y otra, y sin embargo, entre las dos subespecies extremas de esta especie anillo, viridanus y plumbeitarsus —que como hemos visto, entre ellas de forma aislada han de considerarse como especies diferentes porque no pueden reproducirse y dar una descendencia fértil—, nos encontramos con dos formas intermedias: obscuratus y trochiloides.
  2. Dicen que no conocemos especies que estén ahora mismo evolucionando, y, aunque ellos no entiendan que en realidad todas las especies lo están haciendo, este ejemplo muestra de forma clara una población evolucionando ahora mismo, en tiempo presente, en dos direcciones distintas.
  3. Dicen que nunca hemos observado a una especie evolucionando a otra, y en este claro ejemplo estamos observando el proceso por el cual una población, trochiloides, está evolucionando en dos poblaciones diferentes, viridanus  y  plumbeitarsus, que entre sí han de considerarse como especies diferentes. Estamos viendo una especie que está en proceso de evolucionar a dos especies distintas.
(Wikipedia) Esquema de la distribución
de la especie-anillo del género
Larus formada en el ártico.
1 y 2: L. fuscus,
3: L. heuglini
4: L. vegae birulai
5: L. v. vegae
6: L. smithsonianus
7: L. argentatus.
En realidad es lógico. Cuando una persona —como un creacionista— decide negar toda evidencia empírica para aceptar única y exclusivamente su dogma de fe, por muy errado que éste esté, sus argumentos no solo no pueden sostenerse, sino que se desmoronan en el momento en que se analiza levemente la realidad.

El concepto de especie anillo no solo ocurre con estos pajaritos. Nos encontramos más ejemplos a lo largo de la biosfera, aunque en realidad no son muy comunes, en parte por la dificultad taxonómica que conllevan, en parte también por la dificultad de reconocerlas, y también por las características ambientales particulares requeridas y su inestabilidad intrínseca; la salamandra Ensatina eschscholtzii, el género de gaviotas Larus alrededor del ártico o las plantas centroamericanas de la especie-anillo Euphorbia tithymaloides son más ejemplos. 

Bibliografia científica recomendada:

3 contribuciones:

Ángel dijo...

Es decir, tenemos que creer que una célula puede llegar a ser una ballena, en base a las diferencias sexuales entre pájaros que no dejan de ser pájaros? Eso afirmas?

Ángel dijo...

Ahora resulta que se toma uno la molestia de comentar estos bodrios, para que simplemente sean censurados?

Vary Ingweion dijo...

Cazador del Noreste, sabemos que una célula puede llegar a ser una ballena, no por nada que tenga que ver con los pájaros, sino porque es lo que sucede cuando un zigoto de ballena (que es una célula) comienza a crecer en el útero de una hembra de ballena.

Que por cierto, es algo que no tiene absolutamente nada que ver con lo que dice el artículo.

Por otro lado, en el artículo tampoco se habla de diferencias sexuales, así que tampoco sé a qué viene eso.

Lo de los pájaros que no dejan de ser pájaros, es como los primates que no dejan de ser primates. Monofiletismo puro. Usted es un primate, porque sus antepasados lo son. No sé qué problema hay con eso.

Y finalmente, lo de creer es estúpido. Yo no digo que haya que creer nada.

Así que no. No es eso lo que afirmo. Tal vez no hayas entendido nada, harías bien en volver a leerlo.

De tu segundo comentario, no sé a qué te refieres.

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