Cosmos

Algo que llevamos esperando desde 2011. Ayer mismo se estrenó en todo el mundo el primer capítulo de la nueva serie Cosmos, la nueva producción que rememora la antigua y clásica serie documental de Carl Sagan del mismo título, y cuya dirección está en manos de la viuda de éste, Ann Druyan, y en cuyo guión participan con ella Seth MacFarlane y el astrofísico Steven Soter. Está presentado por Neil deGrasse Tyson

El documental comienza con la grabación de las mismas palabras que Carl Sagan pronunció hace ya 34 años:

The Cosmos is all that is, or ever was, or ever will be.

Lo cual es algo entrañable.

Nos presenta una nave de la imaginación muy cuidada. Con una ventana al pasado y otra al futuro. Los efectos visuales generados en la nave son espectaculares desde la primera escena —particularmente curioso y bien realizado es el efecto de los reflejos en la superficie metálica de la nave.

El guión está muy bien elaborado, con una gran cantidad de guiños a la serie clásica.  Es científicamente riguroso, y el lenguaje está perfectamente elegido para que todo sea comprensible.

El Big Bang.

En general, los efectos visuales son soberbios. Algo muy característico es la reacción de Tyson en cada uno de los efectos que ocurren a lo largo de la serie: se levanta interesado del asiento cuando se acerca a la mancha roja de Júpiter, se sorprende cuando la Voyager I le adelanta con velocidad, se pone las gafas de sol para no deslumbrarse por la explosión del Big Bang, se queda mirando atentamente al Tiktaalik, y se tapa los oídos cuando el asteroide colisiona contra el mundo a finales del Cretácico. Es algo realmente soberbio.

El capítulo nos da varias lecciones de humildad, tal y como ya nos tenía acostumbrados Sagan. En el espacio: nos muestra la extensión del Cosmos y nuestra dirección cósmica; nos enseña la forma del sistema solar, con sus planetas, satélites, asteroides y planetas enanos; nos muestra planetas sin estrella, galaxias, cúmulos... Y en el tiempo: nos presenta el ya conocido por todos calendario cósmico y se da un buen paseo por él. Y todo con unos fantásticos efectos especiales en ambas partes del capítulo.

Como detalles curiosos, nos cuenta la historia de Giordiano Bruno en una bonita animación, un italiano que si bien no era científico, fue un auténtico visionario. Y también roza levemente la teoría del caos, aunque no entra a explicarlo ni lo menciona per se... pero ¿Qué importan dos centímetros de diferencia en la escala cósmica?

Todo lo que se cuenta en los libros de
historia ocurrió en ese punto de luz de
ahí abajo.

Y por supuesto, nos invita, como siempre, a pensar por nosotros mismos. A rechazar el argumento de la autoridad y de la tradición y a obtener las conclusiones mediante el método científico.

La banda sonora, compuesta por Alan Silvestri, es magnífica; se encuentra muy a la altura de la de la serie de los años '80 de Vangelis. Además, cada vez que se hace una referencia a Carl Sagan (especialmente, el entrañable momento del final), se escucha una suave melodía que inevitablemente recuerda a la de la película Contact; seguramente, el director de la banda sonora lo haya hecho adrede, ya que Contact también es de Silvestri.

El doblaje al castellano es bastante bueno en general, aunque en las partes de animación la voz es muy poco expresiva; no ayuda a entrar en el ambiente. Eso no ocurre en la versión original en inglés.

Pero no toda mi opinión es buena. Deberían haber omitido la generación de sonidos en el vacío; todo en el espacio, desde el adelantamiento de la Voyager I hasta las explosiones y erupciones solares suenan. Y no deberían sonar.

Pero, en general, el documental da la talla perfectamente. Para aquel que es muy joven de haber visto en directo el Cosmos de 1980, pero que tiene en la estantería esos DVDs, esta secuela es una gran experiencia. Me consta que los que vieron la edición de Sagan en su día están contentos con el resultado. Es una secuela muy digna de su predecesora; Druyan debe estar muy emocionada con esto; Tyson es un magnifico divulgador, se le entiende muy bien, pronuncia un inglés muy limpio y comprensible. Sagan estaría orgulloso de esta secuela, sin duda.

La pregunta es: ¿Qué opinan las nuevas generaciones que no conocían el Cosmos de Carl Sagan?

Y yo me quedo ansioso del segundo capítulo.