Hoy me ha llegado un evento vía Facebook, titulado "
protesta". Para los que no tenéis Facebook, tenéis una copia del texto
aquí.
En resumen, habla sobre un problema patológico que está ocurriendo en las poblaciones de pino (principalmente
Pinus pinaster) en un pueblo llamado Leirado, en la provincia de Pontevedra.
Por lo visto, se ha dado la voz de alarma, y se ha indicado a la población que, aunque parezca mentira, la mejor forma de erradicar al patógeno es eliminar las coníferas a entre medio y tres kilómetros a la redonda... la medida final, por lo visto, serán 1.500 metros. Eso son muchas hectáreas (unas 300), y muchos, muchísimos pinos.
No parecen haberse parado a pensar las repercusiones que tendría una tala masiva de tales características. Por lo visto, de hecho, según indica la fuente de información, no contentos con esa brutal tala, piensan después fumigar los tocones.
Luego se mete en asuntos de política interna, menciona a varias empresas, comenta el problema económico y social que acarrearía,... eso, os animo a que leáis el texto original... yo no me voy a meter en el tema socioeconómico, ya que yo de eso no entiendo, ni sé ni dónde ni cómo contrastar la información. No voy a salirme de los aspectos bioecológicos del problema. Pero insisto en que ese aspecto también debéis leerlo.
Según he obtenido de
esta fuente...
El bichejo en cuestión es el Nematodo
Bursaphelenchus xylophilus, de la familia Aphelenchodidae, un fulminante parásito de los pinos que es capaz de secar a un individuo al cabo de cinco semanas de instalarse, causando la denominada enfermedad del marchitamiento de los pinos. Procede de Norteamérica, donde los pinos son inmunes al patógeno, y se ha comportado ya como plaga en Asia.
Por lo visto, el protocolo a llevar a cabo, efectivamente, es la tala y quema de todos los pinos en un radio de 1,5 kilómetros en torno al árbol afectado. Además, la normativa europea también exige que se establezca una zona de cuarentena de 20 kilómetros a la redonda en la que se intensificará la vigilancia.
Alfonso Navas, miembro del ministerio de Medio Ambiente, explicó que "Una vez establecido en un área es difícil erradicarlo, pero sí se puede mantener bajo control mediante vigilancia".
Nos encontramos con un problema. ¿Es más grave la propagación del patógeno o el exterminio de los pinos en un área de 1.500 metros de radio?
Vamos a indagar un poco en la biología del parásito...
De
esta otra fuente obtuve que se consideran hospedantes los géneros
Abies, Cedrus, Larix, Picea, Pinus, Peudotsuga y
Tsuga, aunque su ataque sobre árboles vivos se limita a un número reducido de especies del género
Pinus. En España entre las especies más sensibles se encuentran
P. sylvestris, P. nigra y
P.pinaster, mientras que
P. radiata y
P. halepensis presentan una sensibilidad intermedia y
P. Pinea parece ser resistente.
Por supuesto, el gusano no se mueve solo de árbol en árbol. Son unos Cerambícidos (escarabajos) del género
Monochamus los que se encargan de la función de vectores.
Hablemos un poco del escarabajo en cuestión... (info sacada de la anterior y de
esta otra fuente).
En principio existen dos posibles rutas de transmisión del nemátodo: a través de la actividad de alimentación, como la de oviposición de los adultos. La probabilidad de que sea posible el establecimiento y multiplicación del nemátodo depende, además, de otros factores, tales como la temperatura, susceptibilidad del hospedante y su estado fitosanitario. Esa temperatura límite está calculada en El factor climático clave en el desarrollo, tanto del nematodo como de su vector, es la temperatura. 25º C. Para mayor exactitud, tenemos los siguientes datos: no se observan síntomas de la enfermedad, aún existiendo poblaciones del nemátodo, en localizaciones donde las temperaturas diarias medias son de 20º C e inferiores. Aquellas poblaciones, aunque infectadas, están a salvo de desaparecer. El desarrollo epidémico de la enfermedad sólo se ha observado donde las temperaturas medias de agosto exceden de 24ºC.
Además la intensidad y dispersión de la enfermedad se verán aumentadas si va acompañada de un déficit hídrico en la estación de crecimiento. ¿Y cuándo es eso? veamos...
El género
Monochamus Es enteramente xilófago: se alimenta de madera generalmente muerta. Los adultos inician la emergencia de la madera, en que han completado su ciclo vital,
durante la primavera y principios de verano, dependiendo de la especie, situación geográfica y, en particular, la temperatura. Los adultos
vuelan a las copas de los árboles, donde se
alimentan, royendo las cortezas de los ramillos del año o del año anterior, causando a veces daños de consideración. Ambos sexos necesitan alimentares para su sustento durante el periodo de apareamiento y
oviposición, que se prolonga para algunas especies a unos tres meses. El periodo de vuelo para las poblaciones de Monochamus es amplio y su actividad desciende prácticamente en Octubre.
Es decir. El período activo de transmisión del parásito es de primavera a Octubre. Es decir. Actualmente, los árboles enfermos están enfermos, pero hasta que no salgan a volar nuestros amigos
Monochamus no hay verdadero riesgo.
...
¿Y existen medios de control, aparte de la tala masiva? veamos...
Las únicas medidas de control de la asociación
B. xylophilus /
Monachamus spp. son las correspondientes a un alto nivel de higiene en el monte y parque públicos afectados,
eliminando los pies muertos y decadentes, en orden a
limitar las posibilidades de cría y multiplicación de Monachamus spp. Es particularmente importante la
retirada rápida de la madera infestada,
antes de la emergencia de los insectos adultos y evitar su transporte hacia áreas libres del nemátodo, para su inmediata transformación industrial o sometidas a un proceso de secado en cámaras en que se alcancen las temperaturas de cuarentena.
En Japón, además de las medidas de higiene del monte antes indicadas, cada vez más difíciles de llevar a cabo por falta de mano de obra forestal, se efectúan con algún éxito
aplicaciones aéreas de productos fitosanitarios contra los adultos de Monachamus spp. sobre áreas pobladas de árboles de alto valor.
Es cierto que en España se tiene gran experiencia de la ineficacia a medio plazo de este tipo de acciones en los intentos de erradicar o evitar la difusión de dos importantes organismos nocivos de cuarentena que alcanzaron, en la década de los 80, nuestras fronteras y, en poco espacio de tiempo, se extendieron en todo nuestro territorio, produciendo daños ecológicos y económicos de gran importancia: la "grafiosis agresiva del olmo" y sus vectores, Escolítidos autóctonos, acabaron con prácticamente la totalidad de las olmedas y olmos singulares de nuestra geografía; y, por otra parte (y en mi opinión personal, sin gran importancia, por el tipo de plantas a las que ataca)
Phoracantha semipunctata, Cerambícido xilófago de los eucaliptos (que por cierto, son especies vegetales invasoras... ejem ejem), que redujo las plantaciones menos adaptadas del suroeste español de forma drástica.
Y es que esos son los problemas que vamos a encontrar en la Peninsula Ibérica... Que una gran parte de los territorios portugués y español están sometidos a temperaturas medias estivales superiores a 20ª C. Y también se dan en las zonas más sureñas de la península, temperaturas medias del mes de agosto de 25ºC, que son, como hemos visto, óptimas para el desarrollo de la enfermedad en su forma epidémica. Y además, como ya hemos sufrido antes, las medidas de control que pueden adoptarse no garantizan la erradicación del vector de
B. xylophilus en los lugares en que se detecte, por lo que, a medio plazo, deben esperarse su difusión en extenso y los daños consiguientes.
Sería viable impedir que se expandiera, si se hallaran el 100% de los árboles infectados, y fueran eliminados y destruidos. Pero siempre quedará uno. Y los escarabajos tienen dos cosas muy a su favor: que suelen ser muchos, y además, muy dificiles de matar. Y con un árbol enfermo que quede sin ser quemado, la enfermedad volverá a disponer de otro foco.
Pero... a lo que vamos... ¿realmente es necesaria una tala masiva? en mi honesta opinión, a la luz de las pruebas mostradas, no. Eliminar el árbol infectado, por supuesto. Y analizar cuantos árboles se pueda, en busca de sintomatología, y eliminar los árboles que den una mínima señal de presencia del parásito, también. Pero eliminar un territorio no tiene mucho sentido. Si el árbol foco se infectó antes del verano pasado, los escarabajos habrán volado más de 1.500 metros y ¡a saber en qué dirección!... y si aún no se han extendido, porque no han llegado a adultos... ¿Por qué eliminar árboles que están sanos?
Tal vez haya factores que se me estén escapando. Pero hasta donde sé, y hasta donde he podido indagar, esa medida es innecesaria. Eliminando tantas hectáreas de poblaciones de pino van a conseguir quedarse sin muchas hectáreas de pino. Si la enfermedad ya se ha extendido, habrá llegado mucho más lejos. ¡Sí, tal vez eliminen nuevos focos!... pero también eliminarán muchos árboles sanos. Y si no se ha extendido, con eliminar el árbol fuente del patógeno, se eliminará el patógeno.
Además, si quieren talar toda esa madera luego tendrán que tratarla antes de que el escarabajo asome la cabeza... porque si no, habrá sido trabajar para ponérselo más fácil.
Dejen de talar, y pónganse a investigar los árboles de la zona. Hagan un análisis completo de esos árboles. Y talen y quemen solo los que sean necesarios.
Y si no, que no hubieran sido tan cafres de traer un parásito exótico. ¿Ya no se acuerdan de la grafiosis? Que parece que no aprendemos, carajo.
Y como me han pedido que haga, os ruego que en esto, difundais la palabra. Que tengáis a la gente correctamente informada. Y si llega a los medios de comunicación, sería genial.
OOOPS. Disculpad. Me olvidé añadir una cosa.
En cuanto al impacto ecológico... desde luego lo ideal es eliminar la plaga, pero... en caso de que no se consiguiera, a nivel ecológico es mucho menos perjudicial que se extienda a que se mutile una zona tan enorme. Si la plaga se extiende no afectará inmediatamente al 100% de la vegetación arbórea. Será un impacto gradual. Las especies animales tendrán tiempo para adaptarse al cambio o moverse de lugar. Otras especies vegetales ocuparán ese terreno antes ocupado por el pino. Habría que prestar atención y evitar que esas especies vegetales fueran eucalipto... aunque claro, sería gradual. Es tierra de robles. Es de crecimiento lento, pero... ecológicamente, a la larga, es mejor una sustitución gradual que una eliminación devastadora de cientos de hectáreas (hasta 700 según algunas fuentes) con su consiguiente desplazamiento inmediato de la flora, y desaparición del suelo. La teoría de la perturbación intermedia nos indica que una perturbación de rango intermedio favorece la riqueza y la biodiversidad mucho más que una perturbación grave, que las reduce.
Básicamente, además, en el caso de una erradicación tan brutal del pino... qué decir, eso sí que es dar la bienvenida al eucalipto. Y una introducción masiva de eucalipto es (y se ha comprobado) imposible de frenar.
Disculpad esta edición de última hora, pero se me había pasado.
Un saludo a todos.
Nota: las fuentes de información han sido citadas una sola vez, pero todos los datos han sido extraídos de ellas.