frases

lunes, 31 de diciembre de 2012

El resumen del año (2012)

Durante este año 2012, el blog ha tenido sus altibajos.

Durante el año se han escrito un total de 54 entradas, con un máximo de 9 entradas en enero y marzo, y una ausencia total de entradas durante los meses de julio y agosto.

A lo largo del año 2012, y a fecha de hoy, se han registrado un total de 29220 visitas, de las cuales 1356 se han realizado desde dispositivos móviles. El 39% de las mismas proceden de España, un 17% de México, un 11% de Colombia, un 6% de Perú, otro tanto de Argentina, y un 4% de Chile. También se han registrado más de 100 visitas de Ecuador, Venezuela, Estados Unidos, Uruguay, Guatemala, Bolivia, República Dominicana, El Salvador y Costa Rica. Otros muchos países registran visitas, pero en todos los casos, menos de 100.

Dentro de España, el mayor número de visitas –y en este orden– se ha dado desde Madrid, León, Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Valencia, Málaga y Valladolid.

El día con mayor número de visitas del año fue el 6 de noviembre, con 246 visitas. El mínimo fue el 6 de enero, con tan solo 14 visitas.

Las páginas más vistas durante este año —sin que tengan por qué haber sido escritas durante éste— son, y en este orden:

Solo quiero despedir el año con esperanza, a ver si al año 2013 todo se nos da mejor. Espero seguir teniéndoos por aquí, pues sin vosotros, este blog no serviría para nada. 

¡Volved por aquí! 

Os deseo un próspero año 2013, y feliz fiesta de Yule.


– Estadísticas obtenidas gracias a Google Analytics
Leer más...

domingo, 23 de diciembre de 2012

Derechos y libertades

El tabaco es malo.

Es algo que todos sabemos. El tabaco provoca una serie de desajustes y enfermedades. Muchas de ellas son bien conocidas por el grueso de la población. Otras muchas pasan más desapercibidas, aunque no dejan de ser reales.

Antes que nada, quiero dejar clara una cosa. No pretendo generalizar. Existen fumadores tolerantes, y fumadores intolerantes, del mismo modo que existen no fumadores tolerantes e intolerantes. Quiero simplemente exponer los derechos y libertades de cada uno siguiendo un patrón basado en la lógica.

Voy a exponer primero una serie de premisas, y reto a cualquier fumador a que las discuta si considera que son falsas.

P1. El fumador activo fuma porque quiere
No importa que ahora mismo esté enganchado y no lo pueda dejar. No importa que ahora lo haga porque «le tranquiliza» o porque «si lo deja, engorda». No. Porque el primer cigarrillo, aquel primer cigarro de su vida, lo fumó porque quiso. No importan las condiciones que hubiera de por medio. Ese primer cigarro pudo no habérselo fumado. Pero se lo fumó. El segundo, pudo no habérselo fumado. Pero también se lo fumó. Todas las personas que fuman lo hacen por decisión propia. Es decir. El fumador activo fuma porque quiere.

P2. El fumador pasivo sufre enfermedades tabáquicas
Eso también es un hecho. Es sabido por todos que un fumador pasivo —o fumador de segunda mano, también llamado— corre también mucho riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el tabaquismo.

P3. Las libertades de una persona terminan donde empiezan los derechos de los demás
Es un dicho popular muy antiguo. Tanto, que no es conocido su origen. Pero es aplicable en todos los casos. O al menos, es lo cívicamente correcto. Aquí entran muchos matices. Por ejemplo, ¿Y si mi libertad es de mayor nivel que tu derecho? A lo mejor, es correcto que amplíe mi libertad, si es muy profunda e importante, aunque con ello esté bloqueando un derecho tuyo, pero que es nimio y sin importancia. Hum… Vale. Digamos, entonces, que las libertades de cada uno terminan donde empiezan derechos de mayor importancia en los demás. ¿Vale?

A continuación voy a la pura crítica. Y en cada caso, voy a hacer referencias a estas tres premisas.
Sólo dos preguntas.

A. ¿Es correcto que un fumador fume delante de un no fumador?
Depende. Pero no depende del fumador, sino del no fumador. ¡Qué soberbio! ¿Acaso el no fumador es más importante que el fumador? No. De ninguna manera. Lo voy a explicar.

  • Si al no fumador no le importa ser fumador pasivo, si le da igual —es decir, en P3, omite su derecho a no ser fumador pasivo—, el fumador —recordemos P1— tendrá libertad de fumar libremente.
  • Sin embargo, si el no fumador se niega a convertirse en pasivo —es decir, utiliza P3 en favor de su propia salud, recordando P2—, el derecho de preservar la salud individual es superior a la libertad del fumador —P1—. De modo que el fumador estará violando, con su libertad de un capricho, el derecho fundamental de la salud del no fumador.
Aún así, hay no fumadores que, a regañadientes, se callan esa molestia. Pero ahora planteo. Incluso el no fumador tolerante que acepta el humo, aunque le moleste… tal vez por amistad, se encuentra en un problema. Va la segunda pregunta.

B. ¿Si un fumador fuma delante de un no fumador que no desea el humo, quién debe apartarse?
Tenemos dos posibles hipótesis. Que deba apartarse el no fumador, o que deba apartarse el fumador. ¿Qué significa cada uno de los dos casos?
  • Si consideramos que debe apartarse el no fumador, entendemos que es el no fumador el que debe moverse para preservar su derecho. Es decir, que la libertad del fumador está por encima del derecho del no fumador. Es decir, según P3, que el derecho a la salud —P2— es menos importante que la libertad de un capricho —P1—.
  • Si consideramos que debe apartarse el no fumador, entendemos que es el fumador el que debe moverse, para limitar su libertad en favor de los derechos del no fumador. Es decir, que el derecho del no fumador está por encima de la libertad del fumador. Es decir, según P3, que el derecho a la salud —P2— es más importante que la libertad de un capricho —P1—.
¿Cuál de esos dos casos es el correcto? Para comprobarlo, podemos hacer una extrapolación más amplia y un tanto exagerada, para poder colocar un ejemplo más visual.
  • Según el primer caso, mi libertad de capricho, por ejemplo, de disparar al azar una escopeta en la calle –a riesgo de darme en un pie–, es superior al derecho a la salud de los peatones.
  • Según el segundo caso, mi libertad de capricho, por ejemplo, de disparar al azar una escopeta en la calle, está limitada por el derecho a la salud de los peatones. En este caso, debería limitar a disparar mi escopeta en lugares donde nadie corra el riesgo de ser disparado —y de hecho, necesitaría una licencia para poder hacerlo—.
¿Qué pensaríais si saliera con una escopeta a la calle a pegar tiros a diestro y siniestro? Claro. Siempre podría decir "yo soy libre de pegar tiros donde quiera, si no quieres recibir un disparo, no pases por donde estoy yo". ¿Eso me daría derecho a disparar donde me diera la gana? No. ¿Verdad? Es una locura. Es algo obvio.

Pues eso.

Lanzo una pregunta al aire. ¿Qué motivos puede tener el fumador, de recriminar al no fumador que se queje, que se enfade, que se mueva o que se vaya de un sitio, por recibir humo?

Leer más...

jueves, 20 de diciembre de 2012

Día del escepticismo y contra el avance de las pseudociencias

Hoy ha salido publicado un artículo de mi autoría en la revista digital FantasyMundo.com. Os adjunto el primer párrafo...

Día del escepticismo y contra el avance de las pseudociencias 
Hoy, 20 de diciembre, hace 16 años que falleció el astrónomo, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico Carl Sagan, y aún sus palabras están presentes, y son aplicables al día a día, como si las hubiera dicho ayer.

Sigue leyendo en FantasyMundo.com.

Fantasymundo
Leer más...

viernes, 14 de diciembre de 2012

«Gracias por el premio pero mi contrato acaba en 12 días»

Gracias a Javier García-Miranda (@QnanG5284), y sacado íntegramente de Materia.

El Gobierno homenajea a científicos que despide o deja sin dinero 
Varios investigadores se amotinan en la Gala de la Ciencia española organizada por el Ministerio de Economía
Foto de familia de la Gala de la Ciencia Española en el MUNCYT (A Coruña) / FECYT
La Gala de la Ciencia Española, un acto que pretendía ser un amable homenaje a cinco investigaciones punteras de 2012, se ha convertido esta mañana en un polvorín. Ante la cara de circunstancia de las autoridades, algunos científicos homenajeados han ido desfilando por el escenario y soltando sus críticas a la gestión de la ciencia en España. “El mismo ministerio que me premia me quita la financiación”, ha declarado el matemático Bartolo Luque, de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Hace tres meses, la Secretaría de Estado de I+D+i del Ministerio de Economía de Luis de Guindos rechazaba financiar su proyecto. Hoy le han homenajeado.
“Cuando hace dos semanas me dijeron que me habían premiado me quedé perplejo. Lo que se han debido gastar trayéndome aquí es la décima parte de lo que costaba mi trabajo”, explica Luque por teléfono desde A Coruña, donde se ha celebrado el acto, en el flamante nuevo Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (MUNCYT).
Su proyecto era el desarrollo de una puntera herramienta de análisis de series temporales a través de grafos. Ante la falta de perspectivas de futuro, uno de sus colaboradores, Lucas Lacasa, ha dejado la UPM y se ha ido a la Universidad de Oxford, en Reino Unido.
Agradecimientos con sorna
“Gracias por el premio, pero mi contrato acaba en 12 días”, ha declarado con sorna desde el escenario Miguel López, un biólogo molecular que ha sido homenajeado por el estudio de una hormona sintetizada en el estómago que actúa en el cerebro aumentando el hambre. El bloqueo de esta hormona, la ghrelina, puede desembocar en un nuevo tratamiento contra la obesidad, un factor que mata a 2,8 millones de adultos cada año en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
Su jefe en el proyecto es Carlos Diéguez, de la Universidad de Santiago de Compostela, que lamenta que el Ministerio no haga nada para retener a su colaborador. “El contrato de Miguel se acaba a finales de mes y tiene ofertas de toda Europa para irse en condiciones mucho más ventajosas”, advierte. De hecho, Miguel López forma parte de la joven élite científica europea. Es uno de los pocos investigadores españoles que ha recibido una Starting Grant, un cheque de 1,5 millones de euros de la UE para impulsar proyectos científicos en la frontera del conocimiento humano. Pero, a final de mes, López estará en la calle.
“Cualquier universidad europea tiene un programa de captación de estos jóvenes investigadores con reconocimientos europeos al más alto nivel, pero en España nos pegamos un tiro en el pie. Es una autodestrucción”, clama Diéguez.
El director general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), José Ignacio Fernández Vera, intervino en el evento para subrayar que los homenajeados son “los proyectos científicos españoles más representativos del año 2012”.
En la clausura del acto, el director general de Investigación Científica y Técnica del Ministerio, Juan María Vázquez Rojas, ha citado una frase del diplomático español del siglo XVII Diego de Saavedra Fajardo que no ha sentado muy bien a todo el mundo. “Rendirse ante la adversidad es mostrarse de su parte”, ha proclamado. Multitud de sociedades científicas e investigadores de prestigio han convocado concentraciones por todo el país el 19 de diciembre en protesta por los recortes.
El señor Vázquez Rojas no ha pillado bien el asunto. Verás, no es que nos rindamos ante la adversidad. Es que no queda otra. O investigo en España, o, como encuentre la más mínima oportunidad, me voy a investigar fuera. No hay más.

Y luego se quejan de fugas de cerebros...
Leer más...

martes, 11 de diciembre de 2012

Tratando el mal con el mal

Noticia sacada íntegramente de ...

Desde Curiosa Biología informamos que el artículo que intentas leer enlazaba y citaba textualmente un reportaje que, actualmente, no es posible enlazar ni citar a causa del tipo de medio al que pertenece originalmente.
Lamentamos las disculpas. 
Leer más...

lunes, 3 de diciembre de 2012

Instinto o inteligencia

Hace unos días, descubrí este magnífico video del ilusionista James Randy, que habla sobre el Doctor Carl Sagan. El video me emocionó mucho y me pareció, en su momento, no solo soberbio, sino extraordinario. Y os recomiendo fervientemente que lo veáis.

Pero no es sobre el video, de lo que voy a hablar hoy.

En los comentarios de ese video, he estado manteniendo un debate bastante curioso. Realmente, no considero que pueda ser llamado "debate", ya que este implica la oposición de dos opiniones, y la ciencia no es una opinión… pero voy a mantener ese término en mi exposición, a falta de uno mejor. Ese debate se ha bamboleado desde la evolución –¿está demostrada científicamente?– hasta el concepto de dios y su posible existencia o no.

Pero una de las partes del debate me ha parecido bastante curiosa, y suficientemente interesante como para colgar aquí los planteamientos y conclusiones.

Toda la conversación surgió de una extraordinaria afirmación –errónea– que mi debatiente hizo, atrevidamente. Cito textualmente.
«LOS ANIMALES viven INSTINTIVAMENTE. Las personas humanas viven INTELIGENTEMENTE». Claudio.
¿Por qué eso, digo que es erróneo?
Para comenzar, debemos definir los términos. Y aunque no me gusta, ni me ha gustado nunca la RAE –por motivos obvios– voy a utilizarla para llevar a cabo dichas definiciones.
inteligencia.
(Del lat. intelligentĭa).
1. f. Capacidad de entender o comprender.
2. f. Capacidad de resolver problemas.
3. f. Conocimiento, comprensión, acto de entender.
4. f. Sentido en que se puede tomar una sentencia, un dicho o una expresión.
5. f. Habilidad, destreza y experiencia.
6. f. Trato y correspondencia secreta de dos o más personas o naciones entre sí.
7. f. Sustancia puramente espiritual.
La cuarta acepción, al igual que la sexta o, especialmente, la séptima, no vienen al lugar, ya que están refiriendo, claramente, a otros significados de la palabra, que no son los contextualizados.
Nos quedamos, por tanto, con las acepciones 1, 2, 3 y 5.

instinto.
(Del lat. instinctus).
1. m. Conjunto de pautas de reacción que, en los animales, contribuyen a la conservación de la vida del individuo y de la especie. Instinto reproductor.
2. m. Móvil atribuido a un acto, sentimiento, etc., que obedece a una razón profunda, sin que se percate de ello quien lo realiza o siente.
3. m. Facultad que permite valorar o apreciar ciertas cosas. Tiene instinto pictórico.
4. m. Rel. p. us. Impulso o movimiento divino, referido a inspiraciones sobrenaturales.
5. m. ant. Instigación o sugestión.
En este caso,  vamos a apartar los asuntos sobrenaturales de la cuarta acepción, pues se salen del aspecto científico, vamos a obviar la acepción "anticuada" (ant.) y, en resumen, vamos a quedarnos con la acepción que se refiere al instinto natural, que es el que, al fin y al cabo, entra en el contexto del debate. Nos quedamos, entonces, con la acepción 1.

De acuerdo.
Una vez definidos los términos, vamos a pasar a comprobar si la afirmación de nuestro amigo Claudio es cierta o falsa.

Tomaremos la siguiente hipótesis: la afirmación de Claudio es cierta. Los animales se guían por instinto. Las personas, por inteligencia.

De base, el asunto ya es incorrecto, ya que los seres humanos no dejamos de ser una especie animal. Pero bueno. Vamos a obviar este error, y vamos a suponer que lo que quiere decir es que los animales no humanos usan el instinto.

Eso descarta por tanto, de base, que los animales no humanos utilicen la inteligencia, y también que los humanos utilicen el instinto.

… Lo que nos lleva a las dos preguntas inmediatas. ¿Usan los animales no humanos la inteligencia? ¿Usa el ser humano el instinto?

Quiero contestar en primer lugar la segunda.

¿Usa el ser humano el instinto?


Un instinto lo hemos definido como un conjunto de pautas de reacción que contribuyen a la conservación de la vida del individuo y de la especie. No excluye que esas pautas sean aprendidas o sean innatas, pero… para ponerlo en contraposición –porque de otro modo, cualquier reacción sería un instinto–, vamos a suponer, cerrando el rango, que un instinto es innato: de modo que no puede ser aprendido. La definición dice además que "en animales", pero como hemos dicho, el ser humano no deja de ser un animal, y en la definición no se nos ha excluido. De modo que…
Vuelvo a la pregunta. ¿Tiene instintos un ser humano?

Bebé usando su instinto.
Imagen libre de wikipedia.
Un bebe que está hambriento, cuando ve un pezón o algo que se le parezca, acude raudo a él. Nadie le ha enseñado que eso da comida. Nadie le ha enseñado a succionar para alimentarse. Nadie le ha dicho con qué fuerza tiene que apretar los labios, ni con qué potencia tiene que succionar. El bebé ni siquiera ha aprendido a hacerlo por si mismo a prueba y error. Simplemente lo sabe. Y lo hace. Ese bebé está actuando por instinto.

Una mujer que no ha recibido ningún tipo de educación sexual, y un hombre que tampoco la ha recibido, sienten atracción el uno por el otro. Se dejan llevar por esa atracción, y concluyen en una excitación sexual… ambos saben lo que tienen que hacer. Tal vez no sepan cual es el proceso. Tal vez no conozcan los motivos por los que es de ese modo. No tienen por qué saber qué es lo que ocurre en su organismo. Él sabe que tiene que meter el pene en algún sitio, y ella sabe que algo tiene que entrar en su vagina. Es algo innato. No sabrán en qué postura ponerse, no sabrán cuánto, ni en qué medida deberán hacerlo. Nadie se lo habrá enseñado, y no han tenido por qué haberlo visto nunca. Pero saben que las cosas son así, y que el proceso adecuado es este. Buscarán la forma más cómoda. La encontrarán, o no. Pero concluirán por hacer lo que saben que tienen que hacer. Y lo hacen. Esas dos personas están actuando por instinto.

Un chico tiene deficiencias de Calcio. No lo sabe. Nadie se lo ha dicho. Pero su organismo lo siente. Tampoco sabe que esas tizas son ricas en calcio. Nadie le ha explicado que esa es una fuente de calcio. Simplemente, él siente la necesidad de alimentarse de esa tiza. Es algo muy común. Que un niño tienda a comerse las tizas. No sabe por qué lo hace. Pero siente que lo tiene que hacer. Nadie le ha enseñado a hacerlo. Y lo hace. Está actuando por instinto –Y es un trastorno médico, por cierto, denominado pica–.

Desconfigurada ya una parte –viendo que, si bien es cierto que el ser humano puede usar la inteligencia, hay ocasiones en las que también usa el instinto; he puesto algunos ejemplos, pero podría poner muchos más–, ahora vamos con la primera pregunta.

¿Usan los animales no humanos la inteligencia?


En este caso, tenemos varias acepciones válidas para el término "inteligencia", de modo que citaré las acepciones en función del tipo de inteligencia al que se refieren, para comprobar si hay animales que la usan o no.

Los cachorros de perro pueden comprender.
Imagen libre de Wikipedia.
1. Capacidad de entender o comprender. // 3. Conocimiento, comprensión, acto de entender.
Un perro cachorro muerde a su dueño. Su dueño le riñe. Al perro eso no le gusta. Pero no sabe por qué lo ha hecho. Al día siguiente vuelve a morderlo, y vuelve a caer una bronca. Al tercer día, ocurre lo mismo. El perro está empezando a asociar términos. Está empezando a comprender que si muerde al dueño, cae bronca. Que morder debe de ser algo malo, porque cada vez que lo hace, algo malo le ocurre a él. El perro prueba a no morder al dueño. Y no pasa nada malo. Aún con miedo, otro día diferente, vuelve a morder al dueño, por probar. Y vuelve a haber bronca. Ya no queda duda. Si muerdo, me abroncan. El perro ha entendido que si muerde, le van a echar una bronca. De modo que, para evitar dichas broncas, el perro deja de morder. Eso es un proceso de comprensión. Es algo que el perro comprende. El perro no ha nacido con la noción de que si muerde le abroncan. Es algo que ha aprendido. Es una demostración de inteligencia.

2. Capacidad de resolver problemas. // 5. Habilidad, destreza y experiencia.
Una hormiga –¡sí! ¡hormigas!– está en un terrario. En él, hay un agujero vertical. En el fondo del agujero, hay un poco de melaza: un manjar. Pero, el agujero está tapado con una hoja de gramínea. Es demasiado pesada para que la hormiga pueda levantarla y apartarla, pero la hormiga no cabe por el agujero si la hoja está ahí.
El primer día, la hormiga detecta el olor de la melaza. Son unas hachas para ello. Y descubre dónde se encuentra. Intenta pasar. No lo consigue. Busca otra entrada. No la encuentra. Vuelve a intentar entrar. Sigue sin conseguirlo.
El segundo día, decide intentar quitar la hoja de la entrada. Tira de ella. Intenta girarla. Intenta moverla arriba y abajo. No hay forma de moverla. Pesa demasiado.
Varios días después, aún está intentando retirar esa hoja, para obtener el rico manjar.
Pero llega un día en que decide probar otra cosa. Usar sus mandíbulas no para mover la hoja, sino para cortarla. Corta la hoja lo más bajo posible. La parte superior de la hoja, cae. El agujero sigue taponado. Mete la cabeza y corta otro trozo de hoja. Lo saca fuera del agujero. Entra y sigue cortando trocitos de hoja. Sacando, de ese modo, la hoja, trozo a trozo. Finalmente, saca el último trozo de hoja del agujero, y disfruta de su merecido manjar.
Esa hormiga tenía un problema, y ha sido capaz de resolverlo. La hormiga ha inventado, ha creado, un método válido para conseguir un objetivo que inicialmente era inalcanzable. Es una demostración de inteligencia.

Sólo he puesto dos ejemplos de inteligencia, uno de ellos, tal vez, sorprendente. Pero podría poner cientos de ellos. Eso no significa que los animales no usen los instintos. Por supuesto que no. Pero sí desmiente que sean lo único que usan.

Como vemos, tanto el ser humano como el resto de los animales, tienen dos métodos. La inteligencia, y el instinto. Cada uno de ellos viene mejor en según qué situaciones, y muchos animales están más inclinados en una dirección que en otra. Pero eso no significa que omitan esa otra parte. Los primates –el ser humano incluido–, los cetáceos, los elefantes,... suelen dejar de lado el instinto en favor de la inteligencia, mientras que muchos anfibios y peces usan principalmente el instinto, dejando la inteligencia para cosas muy puntuales. Por poner algunos ejemplos. Pero todos los animales que presentan sistema nervioso, sin excepción, basan parte de sus acciones, independientemente de cual sea la proporción, en la inteligencia y parte en los instintos. Y el ser humano está incluido, sin ninguna duda.

Y es por eso que mi amigo Claudio, al decir «LOS ANIMALES viven INSTINTIVAMENTE. Las personas humanas viven INTELIGENTEMENTE», estaba equivocado. Los animales –incluido el hombre– compaginan inteligencia e instinto, en proporciones variables.

Postedición--

Dado que en los comentarios ha salido un nuevo ejemplo… voy a incluirlo aquí, en transcripción literal.


Un chimpancé que nace en cautividad, y no ve ningún chimpancé. No aprende las técnicas de los chimpancés, porque no los ha visto nunca. Le plantan ante un termitero, y le dan una piedra, un palo grande, y una pajita de gramínea, larga. El chimpancé experimentará con las diferentes herramientas disponibles, para sacar el rico alimento –las termitas– de dentro. Tal vez primero pruebe a golpear con el palo: lo más cómodo. Pero verá que es inútil, porque el termitero es muy duro. Tal vez utilizará luego la piedra para golpear, para descubrir que aplasta el termitero con las termitas allí donde golpea, y no puede comérselas. Tal vez el proceso lo haga a la inversa. Poco importa.
Luego pensará.
Y tal vez, se le ocurra la idea de meter la pajita dentro de un agujero del termitero. Si se le ocurre, descubrirá inmediatamente que al sacarla, está llena de termitas. Y eso, curiosamente, es lo que ocurre.
No está en su instinto usar la pajita. Si así fuera, sería su primera opción.
Nadie le ha enseñado ese truco.
Lo ha descubierto él solo. Él solo, ha sido capaz de descubrir un método para sacar las termitas sin machacarlas, para poder comérselas a gusto.
¿No es eso, acaso, la capacidad de inventar, usar herramientas, aprender y comprender cómo funcionan, un acto de inteligencia?

También voy a incluir un sorprendente caso real que descubrí hoy mismo, y que viene perfectamente al hilo.
Podríamos decir que el instinto básico de un leopardo que no sea una hembra en período de cría es alimentarse. Que si éste encuentra una presa de pequeño tamaño, vulnerable, su primera acción es devorarlo. ¿Correcto?
Si un leopardo caza a un babuino, y no se percata de que éste tiene una cría, y cuando sube al babuino muerto al árbol, se encuentra la cría en el suelo… siendo una hembra joven sin estar en período de cría su instinto –si es que actuara por instinto– es comérselo. 
Por otro lado, si fuera una hembra en estado de cría, su instinto –si es que actuara por instinto– sería cazarlo para llevárselo a sus crías y que "jugaran" y aprendieran a cazar. Aunque el hecho de "aprender" a cazar ya sea un acto de inteligencia…
Ahora digo. ¿Y si esa hembra de leopardo, jóven y sin estar en período de cría –sin instinto maternal–, al descubrir a la cría, la ves que duda entre jugar y matarla, o bien cuidar a la cría del babuino? Y si ves que definitivamente "decide" cuidarla e incluso protegerla?
¿No es eso, una toma de decisión? ¿No es un proceso de inteligencia?
Podrían decirme que es "instinto maternal"… Y yo les digo: no lo es. Por los motivos expuestos. Pero aunque lo fuera, ¿qué ocurre si en un animal dos instintos: el de caza y el maternal, se enfrentan? ¿No tiene, aún así, que tomar una decisión? ¿No tiene en ese caso que usar la inteligencia?
Vean este video y juzguen ustedes mismos.

Finalmente, como dije en un comentario, quería indicar el tipo de persona que es mi debatiente en el tema, aportando la información que el señor Claudio, en su perfil de Youtube, indica:
«Existe una ley moral, absoluta, universal, inmutable, que prescribe el bien, prohibe el mal y domina en la conciencia de todos los hombres. Ahora bien, no puede haber ley sin legislador, como no puede haber efecto sin causa. Este legislador ha de ser, al igual que esa ley, absoluto, universal, inmutable, bueno y enemigo del mal. Esto es lo que denominamos Dios.»
Me parece importante tenerlo en cuenta, para saber el tipo de persona con el que estamos tratando.
En discusión a esto, decir que la moralidad es un aspecto subjetivo antropocentrista. Y como tal, no es absoluta, universal ni inmutable. No es absoluta, pues depende de la percepción de cada persona. No es universal, pues no todas las personas tienen la misma. Y no es inmutable, pues ha cambiado mucho a lo largo de la historia. Prescribe el bien –que es algo subjetivo– y prohibe el mal –que viene a ser igual de subjetivo–.
Lo que extraemos como conclusión, si seguimos su hilo de pensamientos, que el concepto de dios no es, ni absoluto, ni universal, ni inmutable.


Leer más...