Bien. Como muchos sabréis, y los que no, pues os lo digo ahora, yo estoy en contra de la tortura y muerte del toro en las corridas. Quédese claro que estoy en contra de eso, no de la corrida en si misma.
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Opino que no puede ser considerado digno, y mucho menos un arte, una actividad en la que coges un animal que está tranquilamente paciendo en la dehesa, lo encierras durante varios días en un cubículo en el que no puede ni darse la vuelta, sin comida y con oscuridad total (y en ocasiones, incluso drogándolo), y luego lo sueltas en una plaza al sol (cegándolo, por supuesto porque sus ojos se han acostumbrado a la oscuridad casi absoluta), hambriento y cabreado, para que le claven arpones (literalmente, porque mirad a ver cómo es la punta de una banderilla), le piquen con una lanza y le den vueltas y le maréen, hasta que débil por la pérdida de sangre, el cansancio y el hambre, termina desfalleciendo, y lo matan atravesándo sus órganos internos con una espada...
En mi opinión, eso es cruel e inhumano.
Ahora, os presento esta noticia.
Voy a hacer referencias a algunas cosas afirmadas por el Sr. Wolff...
Querido señor. Sí, es cierto que el ganado vacuno desempeña un papel en el ecosistema de dehesa. Pero ha cometido usted dos errores. Uno, la ecología no es la defensa del ecosistema, sino la ciencia que estudia el mismo. Y dos, para nada se tiene por qué forzar la desaparición del toro de lidia como bien ecológico. Si se destinara a la conservación del toro de lidia solamente una tercera parte del dinero que se destina al toreo como práctica, (no la pienso llamar ni Fiesta ni Arte como el autor, pues considero que no es ninguna de las dos cosas), el toro de lidia continuaría existiendo.
Vale. La danza es arte. ¿Podemos decir que el toreo sea un tipo de danza? Pues no conozco a ningun bailarín que vaya matando a nadie mientras baila. Lo dicho, ponte tú solito con el capote delante del toro sano y sin un rasguño. Y si sobrevives, por favor, no lo mates, que él no ha hecho nada más que defenderse, y se supone que lo que tú estás haciendo es bailar, ¿no?
En ese caso, olviden el sufrimiento. No hagan sufrir a un animal inocente que a nadie ha hecho daño. Bailen con el animal. Hagan su particular danza artística supuestamente hermosa. Y luego, devuélvanlo a su casa, que es donde él quiere estar. La sensibilidad es un argumento como otro cualquiera. No comentan tortura y asesinato, y no se provocará ese reproche al placer perverso hacia el sufrimiento.
Gracias por preocuparse por mi percepción hacia los seres vivos. Pero aquel que quiera saber cómo es de verdad un animal, puede también comprarse un perro o hacer un fin de semana en algun paraje natural para observar pájaros. Yo estoy dispuesto a mostrar cómo es la naturaleza sin necesidad de torturar a ningun animal.
Concluiré citando a Mahatma Gandhi. "Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales."
Los toros son un bien ecológico. Me refiero a la biodiversidad de las dehesas y las marismas donde el toro de lidia desempeña un papel central. La ecología es la defensa del ecosistema, de las especies, de la ganadería extensiva. Y esos tres principios se recogen privilegiadamente en el toro de lidia. ¿Qué sentido tendría forzar su desaparición?
Querido señor. Sí, es cierto que el ganado vacuno desempeña un papel en el ecosistema de dehesa. Pero ha cometido usted dos errores. Uno, la ecología no es la defensa del ecosistema, sino la ciencia que estudia el mismo. Y dos, para nada se tiene por qué forzar la desaparición del toro de lidia como bien ecológico. Si se destinara a la conservación del toro de lidia solamente una tercera parte del dinero que se destina al toreo como práctica, (no la pienso llamar ni Fiesta ni Arte como el autor, pues considero que no es ninguna de las dos cosas), el toro de lidia continuaría existiendo.
Los aficionados acuden por razones elevadas. Empezando por la admiración al combate del toro y terminando por el aplauso a la gallardía del torero.Entonces te propongo lo siguiente. Agarra al toro de lidia que pace tranquilo en su dehesa, mételo en la plaza sin que cese su alimentación, sin cegarle, manteniéndolo íntegro en cuanto a su salud, y pon al torero delante de ese toro, sin banderillas, sin picas, sin nada que dañe al toro. Pon un toro completamente sano, bien alimentado, fuerte, y sin heridas delante del torero. ¡A ver cuánta de esa gallardía conserva! ¡A ver quién tiene huevos a hacerlo!... Después de darle unos cuantos capotazos, devuélvelo a la dehesa. Ha hecho un buen trabajo, deja que descanse, y cuando lo mates, sacrifícalo en un matadero, sin provocarle estrés. La carne será más tierna, jugosa y rica, no tendrá todos los músculos agarrotados y desangrados.
La verónica, el natural, el trincherazo son momentos efímeros e irrepetibles. A imagen y semejanza del arte vivo, de la performance, la corrida existe sólo cuando se crea. Ocupa un espacio intermedio entre el arte y la realidad
Vale. La danza es arte. ¿Podemos decir que el toreo sea un tipo de danza? Pues no conozco a ningun bailarín que vaya matando a nadie mientras baila. Lo dicho, ponte tú solito con el capote delante del toro sano y sin un rasguño. Y si sobrevives, por favor, no lo mates, que él no ha hecho nada más que defenderse, y se supone que lo que tú estás haciendo es bailar, ¿no?
Hay que respetar a quien no le gusta la corrida y comprender sus razones. Pero la sensibilidad no es un argumento. Y menos aún cuando trata de reprochársele al aficionado una especie de placer perverso hacia el sufrimiento.
En ese caso, olviden el sufrimiento. No hagan sufrir a un animal inocente que a nadie ha hecho daño. Bailen con el animal. Hagan su particular danza artística supuestamente hermosa. Y luego, devuélvanlo a su casa, que es donde él quiere estar. La sensibilidad es un argumento como otro cualquiera. No comentan tortura y asesinato, y no se provocará ese reproche al placer perverso hacia el sufrimiento.
El mundo moderno ha perdido el verdadero contacto con la naturaleza. Vemos a los animales como criaturas de Disney. La relación con el toro no es de ternura, ni de compasión, sino de admiración, de respeto. Y eso cuesta entenderlo a ciertas mentalidades urbanas, alejadas del campo
Gracias por preocuparse por mi percepción hacia los seres vivos. Pero aquel que quiera saber cómo es de verdad un animal, puede también comprarse un perro o hacer un fin de semana en algun paraje natural para observar pájaros. Yo estoy dispuesto a mostrar cómo es la naturaleza sin necesidad de torturar a ningun animal.
Concluiré citando a Mahatma Gandhi. "Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales."