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sábado, 27 de junio de 2009

Las Virtudes de las Plantas: Fitoterapia

Hoy os presento algo más serio. Os hago un anexo a la primera parte del artículo que tuve la ocasión y el honor de escribir en la revista del Museo de la Ciencia de Valladolid. En un futuro, os anexaré la segunda parte del artículo, que es radicalmente diferente.

¿Qué es fitoterapia?
La fitoterapia es la ciencia que estudia las plantas medicinales, sus propiedades y sus principios activos desde el punto de vista terapéutico y la forma en que actúan en la prevención, curación o alivio sintomático de ciertas enfermedades.
El uso de las plantas como método de curación viene de tiempo inmemorial, los primeros escritos sobre plantas medicinales datan del año 3000 a. de C., de la cultura sumeria, aunque se supone que se utilizaban desde mucho antes y en lugares muy diferentes.

Los principios activos de las plantas
Una planta en si misma se comporta como un auténtico laboratorio natural, sintetizando multitud de moléculas. Algunas de ellas provocan una respuesta sobre el organismo, son las que se consideran farmacológicamente activas (principios activos), moléculas tóxicas y principios coadyuvantes, tal vez los más importantes puesto que acompañan a los principios activos modulando, modificando e incluso mejorando sus efectos.
Algunas plantas como el eucalipto (Eucalyptus globulus) son ricas en principios activos que, acompañados de sus coadyuvantes, las convierte en auténticos medicamentos naturales, en el caso citado, muy interesante en el alivio de problemas respiratorios.
Otras plantas, sin embargo, como la cicuta (Conium maculatum), contienen una mayor proporción de principios tóxicos, lo que las convierte en plantas venenosas con efectos que pueden llegar a ser mortales, como el ejemplo que nos ocupa.
Pero no todo lo natural es siempre bueno. Como cualquier medicamento, algunas plantas pueden provocar reacciones adversas, intoxicación por sobredosis o interacciones perniciosas con otras sustancias Si una persona toma bardana para el acné o ginkgo para el riego, realmente se está medicando y es importante que lo comente con su médico cuando asista a una consulta, porque cualquier otro fármaco podría interaccionar negativamente con la planta. Por lo tanto, es necesario el mismo control médico estricto con las plantas medicinales que con los medicamentos de síntesis.


Medicamentos de síntesis vs. Fitofármacos

¿Hasta qué punto las plantas medicinales pueden competir con los medicamentos de síntesis química? Un elevado porcentaje de los fármacos vendidos en farmacias proceden directamente de plantas; y la mayoría, aun siendo de síntesis química, se basan en los principios activos de ciertas plantas. La aspirina (ácido acetilsalicílico) tuvo su origen en unos compuestos (salicilatos) que se extraen de la corteza de ciertos sauces (Salix spp.).

Cuando se fabrica un medicamento en laboratorio, por síntesis química, se elabora en realidad una sola molécula, de efecto conocido. Por el contrario, al realizar el extracto de una planta, se extrae a la vez de la molécula que es el principio activo, las moléculas coadyuvantes que acompañan, las cuales, como ya se dijo más arriba, modulan, modifican y, en ocasiones, mejoran la acción del principio activo o eliminan posibles efectos secundarios. Además la dosis de principio activo es más baja que en los medicamentos de síntesis y producen en el organismo un efecto acumulativo, cuanto más se toma, más efecto presenta.

Muchos medicamentos de síntesis química son necesarios para aplacar algunas dolencias graves o infecciones, pero para afecciones más leves, o para casos crónicos, la fitoterapia da en general muy buen resultado. La principal diferencia de la fitoterapia frente a los medicamentos sintéticos está en su método de acción: mientras que los segundos tienen un efecto inmediato y bien dirigido, pero en general agresivo, las plantas medicinales ejercen efectos más suaves y prolongados, y sin fuertes agresiones al organismo.

Otra de las ventajas de la fitoterapia es que una misma planta puede tener diferentes funciones, según el método de aplicación. Tomemos el ejemplo de la ortiga verde (Urtica dioica) fresca, aplicada sobre las piernas cansadas, actúa facilitando la circulación y ayuda a calmar el dolor en los músculos y las articulaciones, aunque produce un picor considerable. En infusión caliente es un buen depurativo sanguíneo y un suave antihistamínico. Si se ingiere escaldada, rehogada o cocida se convierte en un excelente remineralizante y diurético.

Las plantas pueden comercializarse en forma de planta seca, o en extractos líquidos o secos, comprimidos, cápsulas, etc. Todos estos fitofármacos (fármacos procedentes de plantas) se obtienen por métodos de extracción que mantengan todas las propiedades de las plantas, y llevan un control de la cantidad exacta de principios activos que presentan; en una planta la cantidad de principios activos suele variar al igual que varía la cantidad de colesterol de unas personas a otras. Por lo tanto, al tomar la planta en infusión o preparada de otro modo no se tiene la seguridad (aunque si una aproximación) de la cantidad de principios activos que se están consumiendo, sin embargo, al tomar un fitofármaco se sabe exactamente qué dosis se está administrando. Igual que en un medicamento de síntesis química.

Precauciones y preparación
Antes de recolectar una planta medicinal, es necesario asegurarse de haber identificado correctamente la que se busca. Un error a la hora de recoger perejil puede provocar que aderecemos el cocido con la mortal cicuta. Por lo tanto, precaución en la recogida, si hay alguna duda, no recoger la planta y, en todo caso, es recomendable consultar con un experto.

Una vez identificada la planta que se busca, hay que determinar qué parte de la planta será útil. Del tilo (Tilia sp.) por ejemplo, solo tienen valor terapéutico como tranquilizante, las flores y las brácteas (una especie de hojas más claras y de forma alargada de las que surgen las flores). Un caso semejante se presenta con la manzanilla (Matricaria recutita), no es necesario recoger toda la planta porque las propiedades residen exclusivamente en las flores.

Una vez se tiene la parte útil de la planta deseada se puede utilizar fresca o seca, y en cualquiera de los dos casos, los métodos de preparación son variados. Se puede hacer una infusión, una decocción, maceraciones en agua, aceite o alcohol, emplastos, ungüentos, cataplasmas, etc.

Artículo original
Bayón, A. (2009) “Las virtudes de las plantas: fitoterapia”. A Mayor Ciencia. Nº 3, pág. 12-13. Fundación Museo de la Ciencia Valladolid.

Obras de interés
Berdonces i Serra, I. “Gran enciclopedia de las plantas medicinales”. TIKAL ediciones.
Font Quer, P. “Plantas medicinales: el Dioscórides renovado”. Ed. Península.

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