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viernes, 23 de mayo de 2014

Las conclusiones de Cicindela campestris: #EEVwifi (quinta y última parte)

Continuación de la cuarta parte.

Y concluyendo

Y del mismo modo que el programa concluye con un minuto y medio de más alarmismo y desinformación para fomentar la tecnofobia y dar bombo a un problema de salud que nada que ver tiene con las radiaciones sino con un efecto psicosomático de tipo hipocondríaco, yo también voy a concluir.

En primer lugar, con una crítica final. ¿No os habéis dado cuenta que La Dos de Televisión Española, un canal público que todos nosotros pagamos con nuestros impuestos, ha realizado un reportaje alarmista y desinformativo sin consultar ni siquiera a un solo experto científico serio? No creo que hubiera sido difícil que nuestros amigos de la Cicindela campestris (que es un ejemplo de escarabajo de color verde) hubiera llamado a algún físico, algún médico o algún biólogo serio para que les explicara algo tan sencillo como la diferencia entre ondas ionizantes y ondas no ionizantes. 

Para que entendáis lo que quiero decir os dejo el acceso al capítulo «las ondas del mal» de la serie Escépticos. Un programa realizado con calidad, y que cumple esos requisitos que acabo de mencionar: es imparcial, muestra las dos caras de la moneda, y expone con rigor científico la realidad tal y como la ciencia la conoce.
Dementores. Representación del
miedo puro. (Harry Potter)

Y en segundo y último lugar voy a concluir esta larga serie de artículos con una reflexión.

La gran población humana es desgraciadamente muy influenciable. Sobre todo de cara al miedo. Muchos organismos sociales se han aprovechado de ello a lo largo de la historia. Las religiones nos convencen de que hagamos lo que ellas dicen y si aceptamos la evolución somos pecadores y nos amenazan con un castigo eterno (y eso es mucho tiempo). Encontramos personas que rechazan las vacunas porque unos pocos afirman que sus hijos van a sufrir problemas de salud si reciben esas vacunas. Hay quienes te venden el oro y el moro alegando que la medicina de verdad no funciona o que las grandes empresas son las que crean las enfermedades, y así vemos crecer la homeopatía, la acupuntura o el reiki. Nos dicen que los muertos pueden aun tener conciencia, y nos tranquilizan de nuestros miedos a la muerte vendiéndonos una falsa comunicación vanal con nuestros seres queridos fallecidos, o nos leen nuestro futuro con promesas vacías y ambigüedades. Nos encontramos con grandes movimientos de personas que rechazan el avance biotecnológico de la transgénesis infundiendo miedo en los demás, y promulgando las maravillas milagrosas de «lo natural» Y muchas asociaciones y organismos nos intentan convencer de que las nuevas tecnologías de la comunicación son la causa de muchos de los problemas de salud de hoy.

Y muchos de ellos (aunque afortunadamente no todos) aprovechan para vendernos remedios de mentira, que en realidad no sirven para nada. En este artículo hemos visto el aparato ese que reconvertía las ondas malignas del móvil a bluetooth, pero en muchos otros casos nos venden pastillas de azúcar para curar el catarro, o sesiones de acupuntura laser para dejar de fumar. 

Para defendernos de todos esos engaños, de toda esa «cultura del miedo» tenemos una herramienta. Una herramienta que es a la vez, la única fuente conocida de explicaciones verificables de la realidad. Se llama método científico.

Gracias al método científico hemos llegado donde estamos nosotros.

Ninguna religión ha hecho que pongamos un pie en la Luna ni ha colocado satélites en órbita —algunas personas que han logrado eso eran religiosas, pero ninguna de ellas lo consiguió empleando la religión—. Ningun antivacunas ha eliminado la viruela de la faz de la tierra. Ningun homeópata ha conseguido un antibiótico nunca. Ningun acupuntor ha conseguido doblar la esperanza de vida en menos de 150 años. Ningun vidente, tarotista ni astrólogo ha conseguido predecir con éxito y precisión la llegada de tormentas, la próxima visita del cometa Halley ni el próximo eclipse solar. Ningun antitransgénicos ha conseguido una variedad de trigo que pueda ser consumida sin riesgo por personas celíacas. Y ningún tecnófobo antiantenas ha conseguido comunicarse con éxito no solo entre dos puntos diametrales del planeta Tierra, sino también con un robot colocado en Marte. 

Me parece algo importante para pensar.

Agradecimientos a @qmph_es, que me informó de esto y me dio pie a la publicación, y a todos los tuiteros que siguieron y comentaron mi retransmisión twittera en vivo. Y un saludo para los chicos de PECCEM. Sin vosotros, esto no habría sido tan divertido.
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jueves, 22 de mayo de 2014

Cicindela campestris padece electrosensibilidad: #EEVwifi (cuarta parte)

Continuación de la tercera parte.

Una señora electrosensible

En realidad no es la misma señora que la que tratamos en aquellas cuatro entradas de este mismo blog. Os las recuerdo.
En la primera introdujimos la historia de la enfermedad esa de la electrohipersensibilidad, contando la historia de la señora aquella que supuestamente padecía la enfermedad. Otro reportaje, por cierto, de Televisión Española. 
En la segunda explicamos lo que son las ondas electromagnéticas haciendo hincapié a las diferencias entre ionizantes y no ionizantes.
Y en la cuarta desmontábamos las tonterías relacionadas. ¿Lo recordáis?

Porque esta señora del video (a partir del minuto 22) hace exactamente lo mismo que aquella. 

La electrosensible con su ordenador
y su teléfono inalámbrico.
Captura de pantalla de la web. TVE.
Pero aparte de todo esto, voy a añadir un pequeño apunte. Y no. No voy a decir que durante la entrevista (23:20) esté delante de un ordenador y al lado de un teléfono inalámbrico en su despacho, aunque eso de base ya tiene tralla. Vamos con algunas cosillas que nos exponen en esta entrevista.
  1. «Quienes sufren de "electrosensibilidad" viven parapetados.»
  2. Los síntomas son «dolor de cabeza, dificultad para concentrarse o agotamiento»
  3. «Es muy difícil encontrar una persona que no va, como nosotros decimos, armada»
  4. «te va a producir a la larga Alzheimer» (sic. 24:08)
  5. Si va a un sitio nuevo lleva siempre su aparato medidor de ondas malignas porque «si no no sé cuándo voy a enfermar» (sic.)
  6. «Esa antena que está a 300 metros que es bastante lejos pero es "mu" potente, en esta esquina no me puedo parar», pero no hay problema con quedarse, por ejemplo, detrás del edificio (donde a la antena no la ve, aunque sigue estando ahí).
  7. El metro está prohibido porque «la radiación es muy intensa, se concentra allí dentro (...) como un horno de microondas
Bien.
De todo esto, solo se pueden sacar dos conclusiones.

La potencia de 680 teléfonos móviles
funcionando a máximo rendimiento
en una simple caja de metal.
La primera la voy a hacer respecto a la comparación del horno microondas. Sabiendo que un teléfono móvil transmite a un máximo de 2W, mientras que un horno microondas puede alcanzar los 1000W. Y además teniendo en cuenta también el hecho de que el horno emite a una frecuencia de 1,8GHz mientras que el horno microondas lo hace a 2,45GHz (que es 1,36 veces la del móvil). Y sabiendo el hecho de que un vagón tiene un tamaño muy superior al de un horno microondas, y la intensidad recordemos que se reduce en el cuadrado de la distancia.  Un simple cálculo nos indica que necesitaríamos para obtener la misma energía la friolera de 680 teléfonos móviles funcionando a la vez a una distancia menor de 10 centímetros de la cabeza de la señora.

Pero bueno. Aparte del absurdo del microondas, todos los demás datos nos demuestran la segunda conclusión: una respuesta hipocondríaca producida por una grave tecnofobia. Lo digo en serio. Revisad las seis premisas una a una desde esa perspectiva. ¡Todo encaja! Si no lo veo, no me hace daño. Todo, menos lo de que cause Alzheimer. Eso, supongo que la señora tendrá algún estudio científico que no ha publicado aún.

Otro aspecto a tener en cuenta son algunas preguntas que se me antojan después de esto. ¿Recordáis cuando aún había televisión analógica y había que sintonizarla? Aparecían unas siglas que representaban la banda en el espectro de ondas de radio en el que te estabas moviendo. ¿Recordáis las UHF? Pues esa banda operaba entre los 300MHz y los 3GHz. La telefonía móvil funciona en UHF. Es decir, que esa radiación no es ni de lejos nueva. Se viene utilizando en televisión desde hace unas cuantas décadas ya.

Por otro lado, y ya que estamos haciendo cálculos, se me ocurre otra cosa. ¿Y el sol?

La mayor fuente de radiación
electromagnética de nuestro
sistema solar. A su lado un teléfono
 móvil es insignificante.
Esa enorme bola de plasma que tenemos en el cielo nos está aportando la friolera de 2W/m2 sólo de radiación infrarroja. Eso es lo que llega al suelo. La misma potencia que la que encontramos cuando estamos a un metro de distancia de un teléfono móvil en funcionamiento a máximo rendimiento, pero de una frecuencia (agárrate los machos) de 100THz. Esto es, más de 55 000 veces más energética. Y eso sin contar con la luz visible que nos llega, y la radiación ultravioleta.

Esto significa que la energía que el sol, solo en espectro infrarrojo, te proporciona en un solo minuto es más de 55 000 veces superior a la que te proporciona un teléfono móvil a máxima potencia durante el mismo tiempo. Sabiendo además que los teléfonos móviles habitualmente trabajan a una potencia muy inferior (0,5W), ésta diferencia se multiplica por cuatro. 

Es decir. La misma energía nos proporciona el sol sólo en el espectro infrarrojo en un minuto que la que nos proporciona el móvil en linea y en un funcionamiento normal durante cinco meses. ¡Y eso sólo en el infrarrojo! que la luz visible es cientos de veces más energética, y la ultravioleta lo es miles.

Fotografía a luz visible e
imagen de la emisión infrarroja
de una persona
Algo parecido podríamos decir de nosotros los humanos. Siguiendo la Ley de Stefan-Boltzmann, un ser humano medio que se encuentra a unos 36ºC emite del orden de 52W/m2, a una frecuencia de 6THz. Sí, ya se que parece raro que una persona emita más que el sol... y no es así. Al hablar del sol estábamos jugando con dos cosas: 1. Lo que nos llega (recordad que la energía recibida se divide por el cuadrado de la distancia) y 2. Que solo estábamos teniendo en cuenta el espectro infrarrojo.
Teniendo en cuenta estos datos, estar a un metro de una persona viva te proporciona tanta energía como estar a un metro de 85000 teléfonos móviles funcionando.

Si su problema fuera real, no podrían salir a la calle. No podría rozarles el sol. No podrían acercarse a una persona.

A funcionar con menos potencia

El programa concluye (minuto 26 a final) con un señor que nos dice que la telefonía móvil podría funcionar con menos potencia de la que está funcionando ahora.

Existe un problema a esto. Si aplicas una menor potencia, la cantidad de energía (y por tanto de información) que puedes transmitir también es menor. Eso conlleva una menor calidad en el servicio de comunicaciones (y no, ninguna compañía de telecomunicaciones me está pagando nada). ¿Cuál sería la solución a esa calidad defectuosa? Una mayor cantidad de antenas en activo. En realidad la red funciona igual de bien con una antena emitiendo a 10, que diez antenas emitiendo a 1. Es cuestión de matemáticas.

Cada antena de telefonía tiene unos costes de instalación y mantenimiento que repercuten en los precios de los consumidores. Cuantas más antenas coloques, más dinero costará montar y mantener las instalaciones. Y más caro será el servicio.

Y eso teniendo en cuenta, además, que poco importa en realidad que haya 10 antenas emitiendo a 1, o que haya 1 emitiendo a 10. A excepción de las personas que viven muy muy cerca de las antenas, el resto de la población recibirá la misma cantidad de radiación.

Y de todos modos, como hemos descubierto a lo largo de los artículos, ninguna radiación a la intensidad a la que está permitido emitir (y las emisiones reales están de lejos muy por debajo de los máximos permitidos) causa daño alguno en los sistemas vivos.

Finalizará en la quinta parte.

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miércoles, 21 de mayo de 2014

Cicindela campestris, Mayayo y Faraday: #EEVwifi (tercera parte)

Continuación de la segunda parte.

Un estudioso de la electrohipersensibilidad

Hablamos con el doctor Emilio Mayayo (14:50). No tengo el gusto de conocerle, ni he oído hablar antes de él, pero es el primer (y único) científico consultado. 

Por lo visto, el doctor Mayayo no ha leído el mismo artículo científico que he leído yo y el señor de antes, y atribuye la lipoatrofia semicircular a causas diferentes: las radiaciones EM. Sí. Aunque ya habían sido descartadas hace un minuto. ¿Tiene este señor de ciencias algún estudio que lo demuestre? Buscando en la base de datos PubMed no aparece ninguno que lo tenga a él como autor, relacionado con la lipoatrofia semicircular. De modo que su argumento, de base, carece de validez. Esperaré a que publique algún artículo demostrando sus afirmaciones.
Revista científica típica.
Aquí se publican artículos científicos.

El caso es que el señor Catedrático «ha estudiado a fondo los efectos de la contaminación electromagnética»... pero si buscamos los artículos científicos que ha publicado al respecto solo aparecen cuatro, el último de los cuales es de 2009. El informe más reciente que he encontrado de la OMS es de 2011, de modo que ya han sido, todos los de Mayayo, tenidos en cuenta, y son de esos que la OMS califica como "de efectos artificiosos o no relacionados con la exposición".

Además, si los leemos encontramos algo interesante. Si tanto ha trabajado y solo ha publicado cuatro artículos en cinco años, probablemente tenga un fuerte efecto de sesgo de publicación —esto es, los experimentos negativos no los publica—.

Que no cunda el pánico.
Nadie ha demostrado que las
ondas EM causen daño alguno.
Y feliz día de la toalla*
El caso es que el doctor nos muestra los resultados de un estudio sobre la leucemia... que tampoco existe. ¿Qué garantías tenemos de que esas fotos no estén manipuladas? «Y sobre todo de los humanos», aunque tampoco ningún estudio de Mayayo se ha realizado en tal especie biológica. 

Para un experto que consultan y resulta que, de cara a las pruebas de que disponemos, miente.

La escuela en la que no enseñan física

Nuestro reportaje nos lleva ahora a un colegio vasco. El caso es que el plan Eskola 2.0 de informatización de las aulas, un gran avance tecnológico en la educación que, en mi opinión, bien podrían copiar los colegios del resto de España, choca contra la irracional opinión de algunos de los padres. Y luego pasa como en el colegio aquel en que los padres iban con cascos de papel de aluminio a protestar, y que L.A. Gamez nos mostraba en Magonia.

Pero este no es ese colegio. Este es otro, que para el caso, patatas. 

¿Y este "cole" fomenta la tecnofobia?
El caso es que en este colegio (18:12) lo que piden es que se de preferencia al cable frente a la conexión inalámbrica. Y así han hecho. «Queremos saber por qué les inquieta tanto la tecnología punta», nos dice la voz en off. Pues por tecnofobia, ¿no ha quedado claro a estas alturas?

El caso es que en otra escuela han conseguido el tema del cableado. Nos emiten unas imágenes que muestran unas grandes cantidades de cableado conectado eficiente y ordenadamente en diferentes soportes: 19:45, 19:49, 21:44, etc. Esta escuela se acogió al proyecto vasco de la escuela 2.0, pero sin wifi. Supongo que a lo que se acogieron fue a la escuela 1.5. ¿no?

Y yo pregunto. ¿En esa escuela no hay ningún profesor de física? Yo no llevaría a mi hijo a un colegio cuyos profesores son unos completos ignorantes sobre un tema que se estudia en la secundaria. 

La directora del "cole" nos empieza a soltar algunas falacias de autoridad y de población. Que si el consejo de Europa por aquí (que no es ningún órgano científico), que si los colegios franceses por allá (y como diría mi abuela, ¿si los colegios franceses se quieren tirar por un puente te tiras tú también?), y por supuesto, la falacia del principio de precaución.

¿Por qué es una falacia? Porque el principio de precaución se aplica sobre algo que tiene un riesgo medible y demostrado, o sobre un producto o agente que aún no se ha experimentado con él. Pero como bien dice la OMS:
«En los últimos 30 años, se han publicado aproximadamente 25.000 artículos sobre los efectos biológicos y aplicaciones médicas de la radiación no ionizante. A pesar de que algunas personas piensan que se necesitan más investigaciones, los conocimientos científicos en este campo son ahora más amplios que los correspondientes a la mayoría de los productos químicos.»
El tiempo del principio de precaución hace tiempo que ha pasado. Se conocen sus efectos sobre la salud, que, de nuevo citando a la OMS y como ya vimos al principio de este multi-artículo, es:
«Hasta la fecha, las pruebas científicas no apoyan la existencia de una relación entre estos síntomas y la exposición a campos electromagnéticos. Al menos algunos de estos problemas sanitarios pueden deberse al ruido o a otros factores del medio, o a la ansiedad relacionada con la presencia de tecnologías nuevas.»
Es decir. Tecnofobia.

¿Pero por qué digo que los profesores de esta escuela no tienen ni idea de física? 

Por el cableado.
Típico esquema del campo EM producido
por la corriente eléctrica pasando por
un cable o conductor.

Resulta que un cable es un conductor. Eso es fácil, ¿verdad?. Bien. Todo conductor que sufre una corriente eléctrica genera un campo electromagnético. ¡Qué sorpresa! El campo electromagnético generado por un cable se establece alrededor del mismo de forma concéntrica; es un campo cilíndrico que toma al mismo cable como eje.

Obviamente, como siempre, la distancia influye. Pero si la sensibilidad electromagnética fuera real, los niños que la padezcan verían sus pies en una situación muy comprometida al observar la imagen que vemos en el minuto 21:46. ¿No eran las radiaciones electromagnéticas malas malísimas?

Este principio físico descubierto por Michael Faraday se estudia en la secundaria. Si los profesores de ese colegio no lo conocen, no se merecen enseñar a un solo niño.

Continúa en la cuarta parte.

*Originalmente esta entrada iba a publicarse el día 25 de mayo, que es conocido como el Día de la Toalla en honor a D.Adams y sus obras; sin embargo, con el cambio de frecuencia de las publicaciones por petición popular vía twitter, al final esta entrada se ha adelantado.

No obstante, si leéis esto el día 25 de mayo, ¡feliz día de la toalla a todos!
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martes, 20 de mayo de 2014

Cicindela campestris descargando electricidad: #EEVwifi (segunda parte)

Continuación de la primera parte.

Lipoatrofia semicircular

El programa continua buscando cómo reconocer un «edificio enfermo (sic.)» (5:35). Son edificios en los que «no se puede abrir las ventanas, está muy electrificado, tiene deficiencias de ventilación»... No sé muy bien qué tiene que ver esos fallos arquitectónicos con las ondas EM. 

Empiezan a hablar de un edificio que tiene una fachada hermética, que causa ausencia de ventilación (¿no tendrá un sistema de ventilación propio que funcione como sustituto de las ventanas?) o que tiene compuestos tóxicos (me encantaría que los mencionara, pero no lo hace). Pero vamos, que son temas que no tienen nada que ver con el tema que estamos hablando (¿están intentando también meter una cuña de quimiofobia?).

Vale. Hay un transformador eléctrico. Genera campos EM. Y contaminación EM del wifi, los teléfonos, la iluminación... que según «la normativa española no son ilegales pero que está demostrado que son peligrosos para la salud». ¿Pero alguien tiene algún estudio que acredite dicha demostración? Ya hemos visto la opinión de la OMS en función a todos los estudios científicos publicados hasta la fecha. ¿Disponéis de algún nuevo estudio científico, aun no estudiado por la OMS, que demuestre vuestra postura y, ya de paso, que acierte a demostrar dónde todos los demás artículos científicos han errado? Estaríamos todos encantados de que los aportaras.

Lipoatrofia en una pierna.
El video continua hablando de la lipoatrofia semicircular, que por lo visto, surgió de forma frecuente en las proximidades del edificio ese. De base se me ocurren muchos motivos por los cuales un problema de salud puede tener una zona como foco; la más evidente sería una intoxicación. Recordemos que nos ha dicho que el edificio tiene una fuente de productos químicos peligrosos en las proximidades. ¿Alguno de esos productos es volátil o entra en contacto con la gente por otras vías? 

En cuanto empiezas a buscar información científica veraz y verificable sobre la lipoatrofia semicircular, encuentras la solución. Es una enfermedad benigna y reversible que tiene como causantes principales la baja humedad relativa (¿causada por una mala ventilación?), probablemente las descargas electrostáticas (que son cargas de electricidad estática que se acumula en muebles de metal sin toma de tierra, que se descargan por contacto, y que no son campos EM) y hábitos posturales que causen microtraumas repetitivos en puntos localizados. Pero no. En el video nos dicen que esto es «una prueba visible y palpable de que los campos EM afectan a la salud de las personas» (tal y como defendían hace años algunos padres de los alumnos del colegio García Quintana de Valladolid), aunque en realidad no exista ninguna relación causal entre la enfermedad y los campos EM (como, se demostró, tampoco la había en el citado colegio pucelano). 

Entrevistador: «¿Y eso se cura?»
Alarmista: «Nadie conoce un tratamiento para la lipotrofia, pero cuando uno se va del edificio enfermo en semanas o meses desaparece el problema»

Resulta que yo sí conozco la cura de la lipoatrofia. Solo tienes que buscar. Es simple. Basta con eliminar esas pequeñas descargas de electricidad estática, corregir los problemas posturales (para reducir esos microtraumas repetitivos) y mejorar la humedad ambiental.

Todo eso se consigue si te vas del edificio, obviamente. También se puede conseguir corrigiendo algunas cositas del propio edificio, como cambiar el metal de las mesas por otro material o que las mesas tengan contacto de tierra, proporcionar sistemas de mejora en la postura (mejores sillas o reposapiés) y mejorar los sistemas de ventilación. Vamos, llamáme loco.

Bueno. El programa sigue dando bombo al tema de la lipoatrofia semicircular, entrevistando a una madre cuyo hijo tuvo esos síntomas.

9:33 Entrevistador: «¿Y cómo es vuestra vida cotidiana debido a la enfermedad de vuestro hijo?»
Madre: «Bueno, evidentemente es una vida muy ecológica, muy sana, nada de químicos en casa, a la hora de limpiar evidentemente todo tiene que ser "eco"...»
E: «¿Y las comidas?»
M: «Ecológicas»
¿Qué tienen que ver los epidídimos con ingerir Triticum aestivum?

En primer lugar equiparan «ecológico» con «sano», aun cuando no solo los alimentos ecológicos tienen muy pocos sistemas de seguridad alimentaria, sino que además las últimas alertas alimentarias producidas han tenido el origen en alimentos con certificación ecológica, como bien menciona J.M. Mulet en Tomates con Genes.

Un par de químicos.
Además, nos dicen que «nada de químicos en casa», y es que yo no sé qué tiene esta gente en contra de los pobres señores que se dedican a estudiar la química. No he podido evitar imaginarme a la señora esta amenazando a gritos con el cuchillo jamonero a esos cuatro señores con bata y matraces que han intentado entrar en su cocina para que se vayan de su casa —y hablo de su cocina porque es, al fin y al cabo, lo más parecido a un laboratorio de química que hay en una casa—. "¡En esta casa no podéis entrar, nada de químicos en casa!" gritaría la señora en esa imagen mental mía.
E: «Y respecto a las ondas EM en casa, el wifi, el...»
M: «Nada. Nada. En casa no hay wifi. Lo tenemos todo por cable. (...)»
¿Y televisión? ¿Y ordenador? ¿Tenéis teléfono en casa? ¿Y frigorífico? ¿Y horno microondas?... Todos esos aparatos emiten ondas electromagnéticas. ¿Y las bombillas? La luz de las bombillas también son ondas electromagnéticas, y millones de veces más energéticas que un simple wifi.

Diré más. ¿Tenéis cables?

De todos modos, lo de los cables y las bombillas me lo reservo para cuando tenga más relevancia.
M: «Evan solo puede llevar algodón (...) albornoces de lino, todo natural»
 ¿Por qué? ¿Porque lo natural es bueno? ¿Como la malaria? La malaria es muy natural. La cicuta también es natural. Y un meteorito. Qué penita me va a dar cuando descubra que todo ese algodón natural que compra para su hijo es en realidad tan transgénico como los billetes que usa para pagarlo.

La quimiófoba y tecnófoba ecomadre continua con su charla. Os dejo las demás tonterías a vosotros, lectores, (atentos a la «electricidad electromagnética») pero concluiré este capítulo con una frase que ella dice, que viene de perlas para el siguiente episodio.
M: «Evan no puede llevar zapatos que sean de goma, porque entonces no descarga.»

De paseo por la playa

Una playa en Pensacola, Florida
(imagen de la película Contact)
El «reportaje» da un salto, y nos muestran a una señora que empieza a bombardearnos con información. Consejos para que las Ondas del Mal nos afecten menos, y cosas así. 

11:50: «¿Nadie te ha explicado que [un inalámbrico] emite tres veces más radiación que una antena de telefonía móvil?»

Resulta que yo aquí tengo un teléfono inalámbrico. Emite 250mW. Que es igual a 0,25W. Una antena de telefonía móvil suele emitir unos 10W. Que es 40 veces más. Una bombilla incandescente media, por poner un ejemplo, emite entre 20 y 100W, en una frecuencia millones de veces más energética que las ondas de radio. Claro que luego hay que calcular el cuadrado de la distancia para ponerlo como denominador y... ese es otro tema.

El caso es que esta profesora necesita caminar por la playa, porque «así descarga la electricidad que acumula desde que le afectó» la enfermedad del capítulo anterior. El caso es que ella nos dice que esta enfermedad aparece cuando la electricidad que tu acumulas se descarga por un punto; lo mismo pero al revés de lo que decíamos antes: la electricidad estática acumulada en la mesa se descarga sobre tu organismo porque actúas como una toma de tierra. El caso es que a partir de dar la vuelta a un problema, obtienen como solución caminar por la playa. ¿Nadie más cree que todo esto es cada vez más absurdo?

La señora continua con los síntomas asociados. A saber:
«dolor de cabeza que curiosamente no tenía los domingos (...) luego apareció el insomnio»
Suena a excusa barata. Aunque tal vez tenga que ver con el estrés, o con una falsa percepción de riesgo fundada en un nocebo causado por un alarmismo social que está a su vez sostenido en afirmaciones carentes de validez científica.

«Resulta que los síntomas por separados los tienes que juntar y se llama "electrohipersensibilidad"(sic.).»

De esto hablaremos un poco más adelante, por el bien de la organización del artículo.

El caso es que vuelve al tema de los edificios de antes. Y resulta que estos dos edificios ya son seguros tras hacer algunas reformas. ¿Acaso ya no hay ondas electromagnéticas? No. Nada de eso. Nos muestran en las imágenes (13:35) algunas de las mejoras del edificio, que son poner tomas de tierra en las patas de las mesas de metal para evitar que se carguen de electrostática. ¡Coño! ¡justo lo que yo propuse al principio! Además, este señor al que ahora mismo entrevistan nos dice que el problema estaba en la instalación eléctrica —supongo que estaba montada de una forma que favorecía la acumulación de electricidad estática en los muebles de metal, generando esos calambrazos— y en la humedad relativa del ambiente. ¡Joder! Pensaba que este programa iba sobre ondas EM. Ellos mismos han reconocido, sin saberlo, que los campos EM no tienen nada que ver con esa enfermedad.

El señor este nos reconoce en 14:00 que las ondas EM «no eran el factor principal»... aunque luego vuelve a hablar de electrosensibles. Vaya. Parece que todo el capítulo anterior ha quedado descartado como argumento, definitivamente.

Y el cacao que tiene la madre del pobre Evan en la cabeza es minino. Esa mujer debería volver al instituto. A mi el chiquillo me da mucha pena.

¿Qué? Sí. Electrohipersensibilidad. Vale, vale, ya llego a ese capítulo.

Continúa en la tercera parte.

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lunes, 19 de mayo de 2014

Efectos del wifi sobre Cicindela campestris: #EEVwifi (primera parte)

Hace unos días me llegó una noticia por twitter.

mfherrador
Tiene narices que RADIOTELEVISIÓN Española alerte de los peligros de las ondas electromagnéticas @la2_tve http://t.co/9c3pn1vTYz
14/05/14 22:50

Inmediatamente tuve que preguntar si esto era en serio. Y vaya si lo era. No tardó en salir el hashtag #EEVwifi, en el cual, desde mi cuenta de twitter personal estuve comentando en directo todo el programa, non stop.

Pero me parecía muy indignante que en un programa de una televisión pública se diera pie a una tecnofobia pseudocientífica y que no se dijera nada sobre las implicaciones científicas de las afirmaciones.

Tuve que desempolvar mi
televisión...
Y eso que yo no veo mucho la tele. 

He de decir que pequé profundamente de iluso cuando mantuve la esperanza de que en el programa se dignaran a presentar, al menos brevemente, una visión puramente científica, fuera de los sesgos subjetivistas de lo que la gente pueda creer. Pero mi gozo en un pozo.

Así que a continuación voy a hacer lo que me queda por hacer después de tal indignación. Comentar, explicar y desmitificar una buena parte de lo que dijeron en ese programa. 

Como el programa duró media hora, no voy a entrar a todos los detalles; solo a las partes más significativas del mismo. Os dejo a vosotros, lectores, ver el programa completo y, como ejercicio mental, detectar el resto de palabrería pseudocientífica.

Aviso. Es una entrada MUY larga, que voy a dividir en cinco artículos, por comodidad para el lector. Las próximas irán saliendo cada día (el 20, 21, 22 y 23 de mayo a las 12:00).

Introducción

Empieza con una afirmación directamente falsa. 
Eso no son bombas, son smartphones.
0:46 «Cada día la industria nos bombardea con nuevos aparatos y aplicaciones de los que nadie discute ni investiga sus efectos colaterales. (...) Ni fabricantes ni gobernantes vigilan si los maravillosos aparatos que aportan las nuevas tecnologías nos pueden perjudicar.» 
Es muy curioso que diga eso; obviamente, por el título del programa, «la otra factura del wifi», se está refiriendo a ese tipo de tecnología. Y ya la OMS hizo en su día, y sigue haciendo, informes periódicos que aúnan toda la información derivada de los cientos de artículos científicos que van surgiendo, y por tanto, de las evidencias científicas al respecto. Más adelante hablaremos de estos informes; simplemente indicar que, dada la existencia de estos informes y de esos artículos científicos, es obviamente falso que sus efectos no estén investigados.

De hecho, ya rápidamente se contradice en su afirmación anterior, al seguir escuchando la estructura del programa; se escucha:

1:04 «La OMS y científicos nos alertan del peligro para la salud de los sistemas de transmisión de ondas electromagnéticas que dominan nuestra existencia. Ya hay personas que padecen electrohipersensibilidad (sic.), una enfermedad todavía no reconocida oficialmente pero que ha arruinado sus vidas.»
Un escarabajo verde:
Cicindela campestris
Bien. Como va a disgregar estos puntos en diferentes partes del programa, vamos a hacerlo nosotros también. Empieza Cicindela campestris (que es una especie de escarabajo, que curiosamente, es verde).

Congreso mundial de teléfonos móviles

En nuestra primera parada nos llevan a esta feria de L'Hospitalet de Llobregat. También nos muestran a un grupo de manifestantes (he contado cuatro) que se colocaron en la edición de este febrero de 2014 en la puerta... a protestar.

Son activistas de la PECCEM (Plataforma Estatal Contra la Contaminación Electromagnética; twitter). 

Los vemos repartiendo panfletos con el título «el peligro de los móviles». Y nos sacan a uno de ellos en pantalla. Le van a hacer una entrevista. Veamos lo que dice.

2:22 Entrevistador: «¿Qué efectos tienen sobre la salud estos aparatos que tenemos tan habitualmente  en nuestra vida cotidiana? 
Activista: «Estas radiaciones electromagnéticas están clasificadas por la IARC de la OMS como del grupo 2B como carcinogénicas y están dentro del mismo estado que por ejemplo pues el DDT, el plomo o el tabaco, y pedimos que se nos garantice un principio de precaución de que las tecnologías que se comercializan son inocuas para la salud, y luego por supuesto que se retire todas las campañas y toda toda la la (sic) tecnología destinada inalámbrica destinada al uso de los de los niños (sic), de la infancia. Pues muy perjudicial.
Bien. ¿Es cierto lo que dice sobre la OMS y la IARC?

Parte sí y parte no. Por un lado es cierto que clasificaron a las radiaciones EM en la categoría 2B. Lo que no es cierto es lo que el activista dice que eso significa y tampoco es cierto que esté en la misma categoría que esos compuestos que dice. También es digno de tener en cuenta por qué motivos se encuentra en esa categoría.

Empecemos por el principio. Las categorías de sustancias carcinogénicas de la IARC se dividen en cuatro categorías (1, 2, 3 y 4) y la categoría 2 a su vez se divide en dos subcategorías, (A y B).

1. Agentes carcinogénicos para el ser humano. En esta categoría se incluyen todos aquellos factores en los que ha demostrado sin lugar a dudas un efecto carcinogénico. Pertenecen a esta categoría el tabaco, el arsénico, la radiación X y gamma, el virus de la hepatitis C o el amianto, por ejemplo.

2A. Agentes probablemente carcinogénicos. En esta categoría se incluyen aquellos factores en los que, si bien no hay una garantía de que tengan un efecto carcinogénico, existe una evidencia limitada en experimentación en animales, y si bien no está demostrado que tengan efectos carcinogénicos en humanos, la probabilidad es suficientemente alta como para tenerla en cuenta. De este grupo podríamos nombrar, por ejemplo, el petróleo refinado, los nitratos y nitritos, el plomo o las radiaciones ultravioletas.

El café. En el 2B. También.
2B. Agentes posiblemente carcinogénicos. En esta categoría se incluyen aquellos factores que no presentan suficientes evidencias para ser considerados carcinogénicos en experimentación animal o en humanos,  aunque pueden tener una evidencia limitada y no confirmada (por fallos de metodología, por falsificación de ensayos clínicos, o porque exista el riesgo y aun no se haya descubierto) en alguno de los dos grupos. En el 2B se encuentran, efectivamente, los campos EM de muy baja frecuencia (microondas y ondas de radio), así como el café, el acetato de vinilo, los carragenanos, la gasolina, el talco, y sí, el DDT. Éste es causa de muchos problemas de salud, pero nadie ha demostrado nunca que uno de ellos sea cáncer.

Luego están el grupo 3, que son aquellos que no son clasificables en las otras categorías porque no se ha demostrado ningún efecto carcinogénico en humanos ni animales, y en caso de que haya ocurrido en animales, que se conozca el proceso de carcinogénesis y éste no pueda ocurrir en animales; y el grupo 4, donde se incluyen aquellos agentes que probablemente no sean carcinogénicos para el ser humano, es decir, que ningún estudio, nunca, ha aportado evidencia alguna.

Esto se catalogó de este modo en el año 2011, y en base a la presión mediática y social que se le daba. Pero, ¿Qué dice la OMS de todo esto? Recordemos que la OMS lo que hace es recopilar todos los artículos publicados y analizar la calidad de su metodología, para extraer, mediante metaanálisis, conclusiones coherentes con la realidad.

Cito de la página web de la OMS, consultada el 18 de mayo de 2014.

«Según experimentos realizados con voluntarios sanos, la exposición a corto plazo a los niveles presentes en el medio ambiente o en el hogar no producen ningún efecto perjudicial manifiesto. La exposición a niveles más altos, que podrían ser perjudiciales, está limitada por directrices nacionales e internacionales.
(...)
En los últimos 30 años, se han publicado aproximadamente 25.000 artículos sobre los efectos biológicos y aplicaciones médicas de la radiación no ionizante. A pesar de que algunas personas piensan que se necesitan más investigaciones, los conocimientos científicos en este campo son ahora más amplios que los correspondientes a la mayoría de los productos químicos. Basándose en una revisión profunda de las publicaciones científicas, la OMS concluyó que los resultados existentes no confirman que la exposición a campos electromagnéticos de baja intensidad produzca ninguna consecuencia para la salud.
(...)
A pesar de los numerosos estudios realizados, la existencia o no de efectos cancerígenos es muy controvertida. En cualquier caso, es evidente que si los campos electromagnéticos realmente producen algún efecto de aumento de riesgo de cáncer, el efecto será extremadamente pequeño. Los resultados obtenidos hasta la fecha presentan numerosas contradicciones, pero no se han encontrado incrementos grandes del riesgo de ningún tipo de cáncer, ni en niños ni en adultos.
(...)
Algunos estudios epidemiológicos sugieren que existen pequeños incrementos del riesgo de leucemia infantil asociados a la exposición a campos magnéticos de baja frecuencia en el hogar. Sin embargo, los científicos no han deducido en general de estos resultados la existencia de una relación causa-efecto entre la exposición a los campos electromagnéticos y la enfermedad, sino que se ha planteado la presencia en los estudios de efectos artificiosos o no relacionados con la exposición a campos electromagnéticos.»
La OMS lo tiene relativamente claro. Si existe una relación directa entre la radiación EM y algún tipo de enfermedad o dolencia, sea el que sea, no existe a día de hoy ninguna evidencia sólida y clara, y todos los estudios que coinciden en mostrar esa relación resultan ser de una calidad metodológica deficiente. Así que todo lo que el activista de la PECCEM no es más que una mentira.

El video continúa con temas sobre el nivel de absorción de radiaciones, y hacen varias pasadas por la feria barcelonesa, donde les confirman que todos los fabricantes cumplen con todos los estándares.

Pero eso no les interesa mucho, parece ser. Y rápidamente saltan a otro tema. Una empresa rusa que vende un aparato que «reconvierte las ondas telefónicas al sistema bluetooth, que radía muy por debajo y protege mejor la salud (sic.)».  (4:28)

«Es un nuevo producto de nuestra empresa que puede mover la radiación "yesem" (sic.) que es muy peligrosa del el cuerpo humano. Las personas pueden colocar este dispositivo en la habitación, en la casa, en la oficina, en el coche, lejos de su cuerpo, así protegiéndose de la radiación. (...) Nos importa mucho la salud de las personas, porque está claro que la radiación "yesem" es muy peligrosa para la salud, especialmente para los niños.»

Sin más información que esa, lo que aparentemente nos está vendiendo es una piedra para ahuyentar tigres. La cuestión es que he buscado en google a ver qué me salía por "radiación yesem" en varios idiomas... y no ha salido nada. Buscando el nombre de la marca, Safetel, además de aparecer su página web en un idioma que yo no comprendo, me salen algunas noticias que, igualmente, promueven la tecnofobia. No hay ningún estudio científico que avale lo que esa empresa vende. Es como aquellos que te prometían que dejarías de fumar con su láser frío, esos otros de los orgonites, o las por todos conocidas Power Balance. La tecnofobia que este producto vende, además, está muy bien pensada. Meten a los niños por medio, y todo sale mejor. Todo el mundo se preocupa de sus hijos. Manipulación de la mala.

Continúa en la segunda parte

Nota de corrección:
Me han dado una pista de qué puede ser esa "radiación yesem" de la que habla la señora rusa.
mfherrador
@VaryIngweion Yo por "yesem" entendí "GSM" pronunciado "de aquella manera", que decimos por aquí.
19/05/14 13:36

Así que se refería a eso. Las GSM son el conjunto de frecuencias que emplea el teléfono móvil en la comunicación por voz. Para que lo sepáis. Hablaremos de ellas en la cuarta parte.
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