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jueves, 30 de enero de 2014

Delfines de río

Cuando a alguien se le mencionan delfines, lo primero que habitualmente viene a las cabezas es ese gracioso y amigable animal gris azulado, más clarito por la panza, que da alegres saltos de admirable precisión entrando por aros y que demuestran tener una gran inteligencia.

Hay muchas cosas que se podrían decir acerca de los delfines —familia Delphinidae— que engloban desde los negros calderones hasta las enormes orcas. Son animales marinos que utilizan los sonidos, la danza y el salto para comunicarse, orientarse y alcanzar sus presas; además tienen la capacidad de ecolocalizar a sus presas, lo que es muy útil para encontrar la comida a largas distancias e incluso en ausencia de luz.

Inia geoffrensis (Wikipedia)
Pero hoy no es de esta familia de odontocetos, de la que quería hablar. Hay "otros delfines", una familia que recibe el nombre común de delfín, y que no son los Delfínidos. Esa superfamilia que recibe el gracioso nombre científico de Platanistoidea.

Los Platanistoideos presentan dos familias, Iriidae y Platanistidae
que son vulgarmente llamadas delfines de río, en oposición a los delfines oceánicos antes mencionados; y se denominan así, por supuesto, por el lugar en el que viven: grandes ríos y estuarios. Tienen el hocico más largo y fino que sus primos Delfínidos, y otra diferencia sustancial respecto a estos es que los delfines de río tienen el cuello móvil, mientras que los oceánicos presentan las vértebras cervicales fusionadas.

Filogenia de los principales grupos de
cetáceos, con especial atención a los
detalles de la familia Iniidae (PLoS ONE)
No obstante, esta clasificación clásica no es del todo correcta; si trazamos un cladograma basado en la filogenia, nos percatamos de que en realidad el grupo Platanistoideos, si excluimos a los Monodontidae (belugas y narvales), Phocoenidae (marsopas) y Delphinidae, es parafilético (del mismo modo que si excluyéramos a las aves de los reptiles). El árbol filogenético correcto de estos grupos nos muestra que en primer lugar se separaron los Platanistidae durante el Oligoceno, y posteriormente, del otro grupo, durante el Mioceno, se separaron los Iniidae del resto de familias.

Vamos a centrarnos en la familia Iniidae.

Hasta hace poco, las especies conocidas de Iníidos eran cuatro, agrupadas en tres géneros. Hoy en día una de ellas está considerada funcionalmente extinta.
  • Inia geoffrensis
  • Inia boliviensis
  • Lipotes vexillifer 
  • Pontoporia blainvillei 
Esta familia taxonómicas y las cuatro especies que la conforman se encuentran, sin excepción, en un grave riesgo de extinción, principalmente a causa de la pérdida de su hábitat, la caza, y que tienen unas poblaciones de baja abundancia. Algunas de estas especies son prácticamente ciegas, valiéndose únicamente de su ecolocalización, la cual no es muy útil para evitar redes y otros objetos potencialmente peligrosos, siendo los daños accidentales, causa frecuente de muerte.

Concretamente una de estas especies, como ya hemos dicho, Lipotes verxillifer, habitante del río Yangtsé, se encuentra actualmente catalogada en un estado de conservación "funcionalmente extinto". Tras el fallecimiento de los últimos ejemplares que se encontraban en cautividad, el Libro Guiness de los Récords la nombró como la especie de cetáceo en mayor peligro del mundo; Los censos poblacionales no han hecho otra cosa que descender; de 300 individuos censados en 1986 se pasaron a 200 en 1990, 23 en 1997 y tan solo 7 ejemplares encontrados en 1998. el último avistamiento de un individuo salvaje fue en septiembre del año 2004.

El motivo por el que actualmente esté catalogada como funcionalmente extinta, es porque en las últimas prospecciones realizadas tanto por búsqueda visual como sonora, no ha aparecido ni un solo ejemplar, y además, porque de quedar algún ejemplar vivo que no haya sido encontrado, la población es insuficiente para la propagación de la especie.

Mapa de distribución de las especies
del género Inia. (PLoS ONE)
Pero ahora, últimas investigaciones nos indican que no son las únicas especies. Hay una especie más, que no conocíamos, pero que lleva ahí más de dos millones de años.

Me llegó a partir de un tweet.

Javicarpentier
Muy buena noticia!! http://t.co/XGFgHP88ro @CuriosaBiologia
25/01/14 14:33

Tal cual comenta la noticia, y el artículo científico original, en el río Araguaia, afluente del Tocantins —y no del Amazonas—, hay otra especie del género Inia, que ha recibido el nombre de Inia araguaiaensis.
Análisis de componentes de los datos de
 microsatélites de las especies
estudiadas. (PLoS ONE)

Los análisis genéticos demuestran que se trata de una especie diferente antes desconocida, que procede evolutivamente de una población de delfines del Amazonas, que quedó aislada en el Araguaia cuando éste se cerró en el Pleistoceno, hace unos dos millones de años, en un proceso de especiación parapátrida, del mismo modo que ocurrió con Inia boliviensis. hace 2,8 millones de años por la aparición de los raudales de Teotonio

La noticia y las imágenes (que incluyen las cuatro imágenes pertenecientes al estudio que he colocado) se encuentran bajo una licencia Creative Commons. Fue enviada por los autores en septiembre de 2012, pero no ha sido publicada hasta el 22 de enero de este año 2014, en la revista PLoS ONE.

Bibliografía:
Hrbek T, da Silva VMF, Dutra N, Gravena W, Martin AR, et al. (2014) A New Species of River Dolphin from Brazil or: How Little Do We Know Our Biodiversity. PLoS ONE 9(1): e83623. doi:10.1371/journal.pone.0083623.
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jueves, 23 de enero de 2014

A veces quejarse funciona

Marina Martin me ha informado de la noticia.

Se lee en la web de...

Desde Curiosa Biología informamos que el artículo que intentas leer enlazaba y citaba textualmente un reportaje que, actualmente, no es posible enlazar ni citar a causa del tipo de medio al que pertenece originalmente.
Lamentamos las disculpas. 

Por lo visto la carta abierta redactada por miembros del Museo Nacional de Ciencias Naturales, la cual un servidor ha firmado, junto con muchas más personas, ha funcionado. Hoy, la educación tiene algo puntual de lo que alegrarse.

Enhorabuena a Mario Díaz, Santiago Merino, Graciela G. Nicola y Eduardo Roldán, por su éxito.

... Me dan ganas de enviarles mi CV.


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martes, 21 de enero de 2014

Carta abierta sobre la enseñanza de la biodiversidad en educación secundaria

Copiada íntegramente de la web del Museo Nacional de Ciencias Naturales

Carta abierta de investigadores del MNCN y profesores universitarios sobre la enseñanza de la biodiversidad en educación secundaria
20/01/2014
El Museo, un centro de investigación del CSIC, realiza aportaciones clave para el conocimiento y la conservación de la biodiversidad.

¿Con cuántos seres vivos compartimos el planeta? ¿Cómo podemos saber algo así? ¿Cómo son? ¿De dónde proceden? ¿Cómo, cuándo y por qué se extinguen? 
Estas preguntas ya no se le plantearán a los alumnos de Bachillerato y Formación Profesional, tras dedicarles unas pocas horas en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), según el Proyecto de Real Decreto por el que se establece el currículo básico propuesto por la ley Wert (LOMCE) para la Educación Primaria, la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato. El proyecto se sometió a información pública entre el 12 de diciembre y el 3 de enero, durante las vacaciones navideñas. Los investigadores del MNCN (Museo Nacional de Ciencias Naturales) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas tuvimos conocimiento de esta reforma a través de la prensa, un hecho que consideramos muy grave dada su importancia y la falta aparente de consultas a expertos en esta materia. El texto fue inmediatamente contestado en forma de alegaciones tanto por investigadores y docentes a título individual, como por sociedades científicas como, por ejemplo, la de Entomología y la de Ornitología. 
Debemos manifestar que no se puede entender, y mucho menos gestionar, la realidad de nuestro entorno vivo, del que formamos parte inseparable, sin conocer su diversidad, en términos de los organismos que la forman, y los mecanismos, ecológicos y evolutivos, que originan, mantienen y amenazan esta diversidad. En otras palabras, es muy difícil saber cómo es, cómo funciona y cómo se debe manejar algo que sólo se conoce de manera aproximada. La mayor parte de las preguntas que encabezan este texto no se puede contestar con exactitud, y es cuanto menos erróneo (por no decir falso o tendencioso) educar a las generaciones actuales y futuras como si todas estas preguntas ya tuviesen una respuesta clara o previsible, y como si preguntas y respuestas fuesen irrelevantes. 
El proyecto de nuevo currículo plantea sustituir parte de los contenidos básicos dedicados a la descripción de la biodiversidad por contenidos que ya se estudian en otros cursos. Se trata de aspectos generales de la biología molecular y celular, centradas en algunos de los mecanismos más básicos de funcionamiento de los seres vivos. Son materias actualmente más prometedoras desde un punto de vista aplicado, que se han estudiado en profundidad en unas pocas especies modelo de laboratorio. Se prima de este modo, una vez más, la aplicación a corto plazo de algunos conocimientos biológicos frente a otros más globales sobre la comprensión de la vida y sus manifestaciones. Consideramos que esta sustitución y cambio de énfasis empobrece intelectual y culturalmente la enseñanza secundaria, ya que supone una vuelta a la visión sesgada de la biología que floreció en la segunda mitad del siglo XX, una visión que pretendía explicar toda la biología a partir de sus bases químicas y físicas apoyada en el auge de la biología molecular. 
Esta visión en exceso reduccionista y mecanicista, centrada solo en los procesos vitales más simples y potencialmente manipulables a corto plazo, se ha demostrado sin embargo incapaz tanto de explicar la complejidad de la vida como de abordar los problemas ambientales actualmente más acuciantes, derivados del cambio global, entre los que se encuentra, precisamente, la crisis de la biodiversidad. En la complicada situación actual es necesario aplicar un enfoque amplio e integrador, y una gestión basada en el reconocimiento de situaciones complejas, que requieren políticas a la vez flexibles y estables a largo plazo, para las que se requiere una formación igualmente amplia y flexible.
El problema que denunciamos sobre cambios de contenidos es además más general, pues también desaparecen del currículo preguntas básicas sobre cómo sabemos que sabemos, cómo decidimos lo que es verdadero o falso, bueno o malo, correcto o incorrecto, hermoso o feo, estimulante o alienante, debido a la eliminación o reducción de contenidos en disciplinas como la filosofía, la ética, las artes plásticas o la música. No se trata por tanto sólo de señalar la eliminación de contenidos referentes a la diversidad de los seres vivos, sino de denunciar que se está dando un paso más en una secuencia, no sabemos si planificada o ignorante, de sustitución de los aspectos más generales y básicos en educación, como ya está ocurriendo en ciencia, por contenidos cada vez más dirigidos a su utilización a corto plazo.
La educación secundaria debe contribuir a la capacitación profesional, pero sobre todo debe perseguir la formación integral de las personas, pues sólo así podrá formar buenos profesionales. Por tanto, la educación secundaria deber ser sobre todo básica y general. La cultura científica, filosófica y artística debe ser parte esencial del saber de las personas, pues potencia su desarrollo humano al dotarles de libertad de pensamiento y espíritu crítico, y les dota de capacidades esenciales para su integración en sociedades complejas como la nuestra tales como la reflexión, la colaboración o la toma de decisiones. La educación aplicada o, más exactamente, ‘mercantilizada', puede parecer una buena estrategia para salir adelante en tiempos difíciles, cuando las crisis se plantean a nivel macroeconómico y a corto plazo, pues la producción es más eficiente cuanto más automática y menos distraída por asuntos diferentes o generales. Pero no nos engañemos. Es un gravísimo error pensar y planificar sólo en el corto plazo, y en la búsqueda de resultados inmediatos. No podemos permitirnos que la educación se diseñe con esta estrategia y, peor aún, sin un consenso que nos garantice una continuidad sobre la que asentar la sociedad de los años por venir. Es muy importante, importantísimo, conocer y aprender a entender el mundo del que formamos parte. Y la realidad es que ese mundo es diverso, cambiante, y muy complicado de habitar, tanto para nosotros, que ahora mismo tratamos de dominarlo, como para tantos otros organismos que lo dominaron a lo largo de su rica y apasionante historia.

Mario Díaz, Santiago Merino, Graciela G. Nicola, Eduardo Roldán.

Consulta aquí la lista completa de firmantes

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domingo, 12 de enero de 2014

Bienvenidos a Mundo Desconocido Punto Es: ¿Es el Evolucionismo un Cuento de Hadas para Adultos?

Desde hace ya bastante tiempo, conozco a "J. L.", un reconocido y magnífico divulgador de magufadas y principal (y probablemente único) miembro de la página de magufismo supino Mundo Desconocido.

Este señor es y lleva siendo desde hace meses, un buen divertimento, ya que sus conspiranoias y sus  estupideces retransmitidas por vídeos de youtube son realmente divertidas. En bastantes ocasiones, ese divertimento ha pasado al desquicie o incluso a que mi inteligencia se sienta insultada, y he optado por dejar comentarios de vez en cuando.

Sin embargo, este caso, que me ha llegado gracias a @DR_roldi y @mjdelrio, ha superado con creces los cánones a los que J.L. me tenía acostumbrado. Ha saltado la barrera. Ha pasado del magufismo conspiranoico y la mera estupidez, a un negacionismo deliberado (y por supuesto, absurdo e igualmente estúpido) de la ciencia. En concreto, de la biología evolutiva. Y más concretamente, de la teoría de la evolución.

Podéis ver el video aquí, si tenéis valor suficiente para hacerlo.

Vale.

Yo le he dejado una larga respuesta en forma de varios comentarios, pero... tal alarde de ignorancia pura no puedo dejarlo pasar de forma tan sencilla. Necesito contestar de forma más extensa y exacta. Así que a ello voy.

Introducción del video

Inicialmente dice que los científicos afirmamos...
 «que el hombre desciende del mono, o que los animales más fuertes sobreviven, o que los animales se adaptan al medio...» (0:19)
Mi querido J. ¿Puedo llamarte J? Y permite que te tutee. Los científicos no afirmamos ninguna de esas tres cosas.
En primer lugar, el hombre no desciende del mono. Por tres motivos.
  1. No hay una especie que se denomine "mono" para que otras especies puedan descender de éste.
  2. Los monos es un taxon parafilético, de modo que no puedes tomarlo como grupo natural para indicar descendencia de una especie concreta.
  3. Los monos son animales actuales; nosotros procedemos de animales bastante más antiguos.
Sería correcto decir que procedemos de antepasados comunes al resto de primates. Eso sí.

Sobre la supervivencia del más fuerte... lo que los científicos decimos es que sobrevive el mas apto. Que no es lo mismo. A veces, el más apto puede ser el más grande, pero a veces puede ser el más rápido, el más ágil, el más pequeño, el más verde, o el que tiene los pelos de las orejas más largos. Reducir la aptitud a simple fuerza es aberrante.
Y sobre que los animales se adaptan al medio... eso es un lamarckismo. No. Los animales no se adaptan. El medio es el que puede cambiar; si esto ocurre, son los animales que sean aptos los beneficiados; previamente han de ser aptos, no se adaptan. El individuo no se vuelve diferente para encajar en el entorno, sino que el animal ya era diferente, pero ahora encaja en el entorno.

Sigamos.

Dice que hay dos ideas sobre el origen de la vida:
«una es el creacionismo y la otra es el evolucionismo» (sic.) (0:48) [...] «si tú niegas que las especies evolucionan no podrás formar parte de ninguna comunidad científica» (02:40) [...] «el evolucionismo tiene unas fisuras de escándalo, [...] no hay por dónde cogerlo» (3:08). 
Y añade además, mi favorita:
«de hecho, fijaos, es una teoría y no es una ley... es una teoría, [...] no está asentado como una ley científica, y sigue siendo teoría» (sic.) (3:50)
Vamos por partes en esto.

Primero. La evolución (que no «evolucionismo», ya que no es una creencia, sino una teoría científica) no habla del origen de la vida, sino de cómo ésta cambia a lo largo del tiempo, de unas especies a otras (de ahí que la obra de Darwin que citas se llame “el Origen de las Especies” y no “el Origen de la Vida”). La teoría que habla del origen mismo de la vida es la teoría de la abiogénesis.

Segundo. Igualar creacionismo a evolución en una argumentación es como igualar la astrología con la astronomía.

Tercero. Es cierto que alguien que no acepta la evolución no puede considerarse parte de la comunidad científica, y es lógico. Es como quien niega la gravedad, la relatividad, o la existencia de enfermedades infecciosas. Todas ellas —y la evolución incluida— son teorías científicas, y por tanto, están fundamentadas sobre evidencias empíricas reales.

Cuarto. Una teoría es una explicación plausible y verificada a un hecho. La teoría evolutiva está compuesta por leyes. Leyes evolutivas. ¿Desea saber más?

Después de esta introducción nos viene a hacer unas preguntas para que respondamos, si somos capaces...

Preguntas Difíciles y Demostraciones Absurdas

«Voy a intentar demostrar que la teoría evolucionista de que los animales mejoran (sic.) especie tras especie es falsa» (3:39)
Y nos hace una serie de preguntas a los que "creemos" en la evolución.
«¿sabéis cuántos han encontrado en la actualidad? ¿Cuantas especies en transición? CERO» (5:20)
Ejemplo de fósiles de transición
en la evolución del caballo... (11:24)
Espera, espera. No hagas la pregunta y la respondas tú solito. Eso no vale, es trampa. ¿Quieres una respuesta? CIENTOS. Que tú no las conozca no significa que no las haya. ¿Quieres ejemplos de fósiles de transición de peces a anfibios? ¿Tiktaalik, Ichtyostega, Acanthostega...? ¿De reptiles no avianos a aves, como Archaeopteryx? ¿De mamíferos terrestres a marinos, como Pakicetus, Ambulocetus, Dorudon…? Claro que en ese futuro se han encontrado. Lo cual es una evidencia de lo bien que funciona esta teoría (las teorías tienen capacidad de predicción)
«Algunos paleontólogos y geólogos como por ejemplo Jay Gould de la Universidad de Harvard dice 'la ausencia de fósiles en etapas intermedias resulta incómoda y molesta para aceptar los cálculos evolutivos'»(5:28)
Más información sobre el equilibrio
puntuado aquí.
Esto, damas y caballeros, se llama tergiversar una frase. En este caso, el doctor Steven Jay Gould plantea lo compleja que es la hipótesis gradualista (una de las hipótesis que incluye la teoría de la evolución) y nos explica que es mucho más simple y parsimoniosa a la luz de las evidencias empíricas el equilibrio puntuado, según el cual, las especies se mantienen estables (fase de estasis) durante largos períodos de tiempo de estabilidad ambiental—decenas o cientos de miles o varios millones de años, en algunos casos, incluso, decenas de millones—, y los cambios evolutivos (fase de cambio puntual) se producen en cortos períodos de tiempo —miles, o a lo sumo decenas de miles de años—.

Ese modelo simplifica los cálculos evolutivos de una forma espléndida, ya que nos indica que mientras que una especie se mantiene invariable durante, tal vez, dos millones de años, el proceso evolutivo a una especie nueva se produce en pocos miles de años. Lo que significa que la probabilidad de que fosilice un organismo durante el proceso de cambio es de varios órdenes de magnitud inferior a la de que fosilice un organismo durante la fase de estasis.
«Si la evolución fuese sucefié sucediéndose ahora mismo, (sic.) en este momento, si la evolución es un continuo y en estos momentos sigue existiendo, nos encontraríamos un montón de especies en... intermedias (sic.); lo que se denominan especies en tránsito de desarrollo. ¿Y sabéis cuántas [...] hay evolucionando? CERO» (6:00)
De nuevo vuelves a responder una pregunta cuya respuesta, en realidad, no conoces. Una vez más, te inventas la respuesta.

En realidad, todas las especies están en tránsito. Bien pueden encontrarse en la fase de estasis (y por tanto, mantener una variación mínima durante largos períodos de tiempo), o bien en la fase de cambio (y por ende, que ese cambio sea observable en el tiempo). Un ejemplo; hace no mucho se descubrió un patrón evolutivo en la forma del cráneo de la raza de perro San Bernardo. Los ojos azules en Homo sapiens proceden de una mutación de hace unos diez mil años, que resultó ser beneficiosa para sus portadores (selección), y hoy en día, una importante proporción de la población los tiene, pese a que se trate de un gen recesivo. Y se observan a diario procesos evolutivos en bacterias que son sometidas a antibióticos. Pues sí, parece que hay bastantes especies evolucionando ahora mismo.
«Nunca se ha observado un ser evolucionando [...] tanto en laboratorio como en naturaleza. [...] El evolucionismo [...] está basado en la fe. [...] Porque es una creencia que no se ha podido demostrar.» (6:50)
Culex molestus.
Es que los que evolucionan no son los seres (en cuanto a individuos), sino las especies. Las poblaciones. ¿No se han observado seres vivos evolucionando? Aparte de los ejemplos citados, podemos hablar también del ya famoso Culex molestus (en naturaleza), de Drosophila pseudobscura, de especies obtenidas a partir de Primula floribunda (ambos en laboratorio), o, diré más, de especies de cultivo, o especies domésticas, diferenciadas a partir de especies salvajes, tras cientos o miles de años de selección artificial (proceso en naturaleza guiado de forma experimental). Sí, ya, esa selección ha sido artificial, y no natural. Pero el proceso es el mismo, y demuestra que su versión natural es igual de posible.

Antes de afirmar tonterías como esa, piensa en lo que estás afirmando. Una teoría que se apoya en cientos de miles de evidencias (mucho más allá de las simples cuestiones que tú planteas; demostrada también por la genética, por la anatomía, por la fisiología, por la paleoecología... ).
«Jeffrey Schwartz, profesor de antropología de la Universidad de Pittsburgh [...] decía que la formación de una nueva especie mediante cualquier mecanismo nunca se ha observado. Que no es que lo diga yo, es que lo dicen los grandes.» (7:22)
Y Newton creía en la alquimia. Que lo diga ese señor, no significa que sea cierto. Yo no encuentro tal cita del doctor Schwartz, más que en blog crestas, así que ignoro si es cierta o falsa; de cualquier modo, que el señor Schwartz no lo haya visto nunca no significa que no exista.
«Hay especies que no han evolucionado en 300 millones de años. ¡300 millones de años! Nada, ni un ápice, están, son iguales. Por ejemplo, la [... se confunde varias veces en el nombre...] Hemiphlebia mirabilis. Es una libélula, una libélula que no ha evolucionado en 300 millones de años, casi nada. [...] Otro ejemplo, por ejemplo, el celacanto [...] en la actualidad existe y su morfología es idéntica a la de hace 70 millones de años [...] ¿Es un pez tonto, se ha quedado ahí sin evolucionar, los demás han sido listos y han evolucionado y éste se ha quedado repitiendo curso constantemente? ¡Esto es absurdo! Que alguien me lo explique, ¿por qué en algunas especies sí, y otras no?» (8:45)
Pues claro que es absurdo. Has construido alrededor del celacanto lo que se denomina un hombre de paja. Pero yo te lo explico, hombre, yo te lo explico.

Latimeria chalumnae o celacanto.
Lo cierto es que la teoría de la evolución ampara esa posibilidad. ¿Recuerdas el tema de la fase de estasis del equilibrio puntuado? ¡Tachán! Si el ambiente no aporta sobre las poblaciones de organismos una determinada presión selectiva, éstos no se verán modificados, ya que ninguna de las posibles modificaciones será ventajosa para el organismo de cara al ambiente en el que vive. Si el organismo tiene un nivel de adaptación óptimo, lo cual no es difícil en una libélula australiana, ni tampoco en un pez de la mitad sur del océano índico, zonas que pocos cambios han sufrido en la historia "reciente" de la tierra.  Hay especies que evolucionan en pocos cientos de años, y especies que tardan decenas (o incluso cientos) de millones de años en modificarse, y todo depende de los cambios ambientales. Eso no contradice la teoría. La refuerza, de hecho.
«Otro evolucionista, el doctor Lyall Watson hizo la siguiente aclaración, y esto es importante. Dijo: 'Los fósiles que decoran nuestro árbol genealógico son tan escasos que todavía hay más científicos que especímenes'. Imagináos. Y otra cosa que decía el señor Watson: 'Es un hecho notable que toda la evidencia física que tenemos para la evolución humana a fecha de hoy se puede colocar en el espacio que hay dentro de un ataúd, y todavía sobraría'.»
Toc toc. ¿Quién es? Soy yo, Doña Falacia de Autoridad. Además, vuelves a malinterpretar las palabras de un señor.
En realidad lo que dice es cierto. Hay más científicos que fósiles de Australopitecinos y especies del género Homo que no sean Homo sapiens. Pero eso no le quita validez. Respecto a que toda la evidencia cabe en un ataúd... yo lo dudaría, pero teniendo en cuenta el verdadero espacio que hay en un ataúd y la cantidad de esqueletos completos que puedes amontonar en él, pese a las dudas, no creo que se aleje mucho. ¿Y qué? Eso tampoco le quita validez. Es sorprendente, de hecho, que sepamos tantas cosas como las que sabemos, disponiendo de tan pocas evidencias. ¡Cuánto más sabremos cuando descubramos más pruebas!
De todos modos, independientemente de todo esto, incluso en el hipotético caso de que no hubiese ninguna evidencia, ningún fósil de homínido que nos muestre nuestros ancestros, incluso en ese hipotético caso, la teoría de la evolución seguiría siendo una teoría válida.
«A mayor profundidad en las capas freáticas más antiguo es el espécimen (sic.)» (11:49) [...] «¡Pues no! Lo cierto es que se han encontrado especímenes y yacimientos en los que los antiguos aparecen encima y los nuevos debajo. A ver cómo me lo explicáis, esto.» (12:15) [...] «Además hay un montón de... digamos capas freáticas (sic.) en las cuales hay un batiburrillo, todo está mezclado, lo antiguo, lo nuevo [...]» (12:32) [...]  ¿Cómo es posible que una capa freática posterior tape una anterior? (sic.)»  (12:49)
La capa freática ('water table' en inglés)
Nada que ver con los estratos.
Me parece que te has liado un poco. ¿Sabes lo que es la capa freática? ¿No te estarás refiriendo, en realidad, a estratos? Porque no es lo mismo, ¿sabes?

Suponiendo que te estés refiriendo a estratos... en tu última pregunta también te liaste. Lo habitual es, como bien decías al principio, que los estratos posteriores (nuevos) tapen a los anteriores (antiguos).

Estratos. Nada que ver con la capa freática.
Sin embargo, ante tu indignada pregunta de cómo se explica que haya yacimientos donde hay capas modernas bajo capas antiguas, la respuesta es bien sencilla. ¿Sabes lo que es un plegamiento geológico? Uno de ellos se denomina pliegue invertido por algún motivo. Hay varias maneras en las que se puede formar una inversión de sustratos. Bien porque un sustrato se coloque sobre otro, y se erosione; bien porque un sustrato se pliegue tanto que llegue, uno de sus extremos, a plegarse por debajo del otro, formando un bucle horizontal (y luego se erosione)...
Un ejemplo de pliegue invertido.
«Voy a hacer preguntas difíciles» (13:00)
Solo me quedan 10 minutos de video, venga... Estoy deseándolo.
«¿Cuál evoluciona primero? ¿La sangre, el corazón, los vasos sanguíneos o... o... o qué? ¿Qué es lo que evoluciona primero? ¿Cuál evoluciona primero, la boca, el estómago o los jugos digestivos? ¿Cuál evoluciona primero? ¿Cuál evoluciona primero, la tráquea, los pulmones, o la capacidad del cuerpo para utilizar el oxígeno? Que me lo cuenten. ¿Cuál evoluciona primero, los huesos, los ligamentos, los tendones, los suministros de agua (sic.) o los músculos para mover a los huesos?» (13:13)
Intentas crear un complejo irreductible. Pero no funcionará.

Muchos animales tienen fluido (sanguíneo u homólogo a éste) sin tener corazón ni vasos sanguíneos. Muchos animales tienen fluido interno y un corazón que lo mueve, sin tener vasos sanguíneos. El orden es obvio.

Evolución de los pulmones modernos
de tetrápdos, y de la vejiga natatoria.
Dado que la boca (apertura) es un simple efecto secundario de tener un estómago, estas dos cosas evolucionaron a la vez.  Dado que hoy en día conocemos animales que tienen estómago y no jugos gástricos, y no hay nadie que tenga jugos gástricos sin estómago, el orden también es obvio.

Sobre la traquea y los pulmones, lo mismo. Uno es un tubo para llegar a los otros, de modo que es obvio que evolucionaron de forma simultánea. Sin embargo, todas las especies que presentan mitocondrias son capaces de usar el oxígeno, mientras que solo unos pocos animales tienen pulmones (u órganos homólogos)... de modo que en ese caso, también el orden es obvio.

Finalmente, con la musculatura, también es fácil. Los músculos (y los tendones por ser, en realidad, partes de la misma estructura) surgieron antes, y los huesos fueron posteriores. Las lombrices de tierra tienen musculatura.

¿Dónde están las preguntas difíciles?
Una foto. De un dinosaurio.
Está desnudo. Y tiene plumas.
«Habéis visto todas las fotografías de dinosaurios con la piel desnuda» (14:00)
-- JA JA JA JA JA... perdón. Yo es que con ropa no he visto nunca a un dinosaurio. Y desnudo... pues sí. Yo mismo tengo fotos de palomas, cigüeñas, garzas...

¿Continúas?... vale, espera... que ahora se pone a hablar de lo difícil que es para nosotros (¿?) aceptar que los dinosaurios tenían plumas... y un desvarío inconexo sobre el meteorito de Yucatán, y que si los premios Nobel, y no sé qué... Amigo, busca información sobre los depósitos de iridio en la capa K-T.

Vale. ¿Siguiente? ¿El ADN? Cada vez mola más esto...
«El ADN es tan increíblemente complejo que sugerir que un sistema de este tipo [...] evoluciona de manera accidental es absurdo.» (15:10) [...] «Es como que un burro coja una flauta y nos toca entera la séptima... la... la quinta sinfonía de Beethoven, y de paso las cuatro estaciones de Vivaldi, accidentalmente» (16:20)
Pues claro que es absurdo que evolucione de manera accidental. Afortunadamente, la evolución no acepta tal cosa. La evolución no es un sistema azaroso. La evolución tiene partes azarosas (la mutación), y también un sistema de selección de aptos. Siempre os olvidáis de la selección de aptos. Es como aquello de adivinar el número de cuatro cifras, que expliqué aquí. Respecto al asunto del teorema de los infinitos monos, también lo expliqué en esa entrada.

 «De qué nos están intentando convencer, o a saber qué nos están intentando ocultar...»
JAJAJAJA... ejem... ¿Qué?
«Hay un tipo [...], Perry Marshall, y él plantea un acertijo. Un acertijo. Yo os lo transmito. Dijo lo siguiente; dijo: 'El ADN no es más que una molécula con un patrón, sino que es un código (sic.), un lenguaje y un mecanismo de almacenamiento de información. Todos los códigos son creados por una mente consciente; no hay proceso conocido por la ciencia que cree información codificada. Por consiguiente el ADN fue diseñado por una mente'».
«El ADN fue diseñado POR UNA MENTEEEE»
El error de Perry Marshall es lo que se conoce como una falacia de petición de principio. Es cierto que el ADN es un código y un sistema de almacenamiento de la información. Pero que todos los códigos sean creados por una mente consciente es falso. Si partimos desde una premisa falsa, yo puedo demostrar que J.L. es una frambuesa. La verdad es que no es necesaria una mente consciente para crear un código. La mente humana codifica los recuerdos, y sabemos (porque la ciencia lo ha demostrado ya) que su origen es puramente evolutivo. El ADN, igual que el ARN o las proteínas, forman códigos. Pero sabemos, también gracias a la ciencia, que su origen es, también, meramente evolutivo. De modo que existe un proceso conocido por la ciencia capaz de crear información codificada.

Solo que Marshall y J.L. la niegan. Si quiero desacreditar algo, simplemente niego que haga algo que, de hecho, hace, y luego ya planteo que no se puede hacer de otra forma. Muy inteligente.
«Los evolucionistas simplemente no pueden explicar por qué nuestro planeta está tan perfectamente adecuado para albergar la vida». (18:40)
Ese nuevo error viene por una perspectiva incorrecta. Si observamos desde fuera del sistema, realmente, no es que el planeta esté colocado en el lugar exacto para albergar la vida. El planeta estaba ahí antes de que hubiera vida en él. Es la vida la que se ha adecuado a vivir en el planeta.

Finalmente, hace una muy extraña comparación de la evolución con la tecnología de la telefonía móvil... dice:
 «Tenemos el móvil A, un móvil muy antiguo [...] y aparece el móvil B, mucho más moderno [...], ha evolucionado, entre comillas. [...] Si los móviles pensasen, diría éste [A]: 'pues eres una especie más evolucionada que yo' [...] Y entre los móviles nunca serían capaz de imaginar que el que los está creando es una Mente Humana » (20:50)
Fotografía del proceso de fabricación
más habitual del último modelo de la
máquina Homo, el Homo sapiens.

--
Lamentablemente, las normas de
Blogger no nos permiten exhibir
este tipo de imágenes. Lamentamos
las molestias. 
... ya, pero es que un móvil no es un ser vivo. Un móvil se fabrica. Un ser vivo no se fabrica. Un ser vivo nace. Nace, y además nace con un fenotipo y un genotipo diferente al de sus progenitores. Ese es el principal (que no el único) motor de la evolución.

Para concluir que este post se ha hecho demasiado largo (y por ello pido disculpas a mis sufridos lectores), diré que, J.L., para la próxima seas más original en tus vídeos. Que se te ve el plumero. Tenías un guión ya escrito. Me pregunto qué pensarán tanto Michael T. Synder, autor original del texto (publicado el día 8 de enero), como Mario Olcese Sanguineti, quien publicó la primera traducción al castellano, si supieran que les has plagiado hasta en el título, sin mencionarles ni un poquito...


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lunes, 6 de enero de 2014

De caza

Antes que nada, feliz año.

Últimamente he encontrado una conversación recurrente en diferentes círculos de amigos y conocidos. Personas amantes de los animales que se sienten indignadas a partir de esta noticia o aquél suceso, y que terminan llegando a una conclusión prácticamente común en todos los casos.

«La caza debería estar prohibida»
«Esos hijos de puta se creen que están por encima de los animales que cazan»
«La caza es una actividad puramente destructiva y solo busca generar dinero y divertirse a costa de la muerte de un animal»
 Etcétera.
Hay algunos que han entendido la postura que he intentado mostrar. Y hay otros que no lo han hecho. La principal diferencia entre unos y otros está en el origen de su base argumental. Mientras que algunos aceptan una lógica basada en la evidencia, otros mantienen un dogma. Es como todo.

Pero vamos a ir por partes, porque es un tema delicado.

¿Es la caza una actividad destructiva?


Un cazador arquero.
Depende.

Forma parte de esas cosas que la gente tiende a agrupar en blanco o en negro, sin ni siquiera pararse a pensar que puede que haya una escala de grises en medio. Es lo que se conoce como una falsa dicotomía.

La caza es una actividad que, básicamente, se compone de una salida al campo en la que que una o varias personas, ayudados por animales y/o herramientas, capturan o abaten a uno o varios animales.

De acuerdo.

Tenemos que analizar una cosa muy importante en ese contexto. ¿Por qué abaten a ese o esos animales?

Pueden existir varios motivos, y puede que una sola persona tenga varios de esos motivos a la vez.

  1. Por diversión. Para mi personalmente, nunca será aceptable una actividad cinegética si éste es su motivo principal.
  2. Para la obtención de alimento. Solo considero aceptable este motivo, si es por necesidad. En este aspecto concreto, además, dependerá de la especie. No es lo mismo un conejo que un lince, entendámonos.
  3. «Ese lobo se comió mis ovejas». Si colocas un rebaño en el territorio natural de un lobo, no es sorprendente que el lobo agradezca semejante manjar. Es tremendamente injusto matar a ese animal, que no sabe comunicarse contigo, ni entiende el concepto de propiedad, solo porque ha cazado y se ha alimentado de unos animales que están en su territorio. Me meto en la cabeza del lobo, y pienso... «¿Por qué no iba a comérmelos? Si están en mi territorio, y yo estaba aquí antes que tú».
  4. Por control cinegético. Este motivo eclipsa a todos los demás. ¿Por qué razón? Porque la diversión es subjetiva. Porque la obtención de alimento, o la venganza, son beneficios personales y particulares. Y este motivo es en favor de un bien mayor que el de la persona individual, y mayor que el del animal cazado. Y es un motivo objetivo, amparado de forma científica.

¿Qué es el control cinegético?


Primero un poco de historia.

Recreación de dos H.erectus con su cena
Desde antes de que existieran las grandes ciudades, el ser humano ha cazado. Somos cazadores desde mucho antes de que seamos Homo sapiens. Homo erectus ya cazaba. Cazaba por necesidad. Las proteínas obtenidas de la carne nos permitieron ser más grandes, más fuertes, y alimentaron a nuestro cerebro para convertirlo en la máquina de pensar que tenemos ahora mismo; probablemente una de las especies más inteligentes del planeta —aunque mantengo ese matiz de probabilidad, ya que no es algo que de momento se pueda demostrar—. 

Como hemos visto, hoy en día, eso de cazar para obtener alimento no tiene por qué ser un motivo aceptable. 

Pero un invento nuestro —este ya sí, de los Homo sapiens más modernos, con no más de 10 000 años de antigüedad— llamado agricultura hizo que empezáramos a modificar el terreno en el que vivíamos. Dejamos de ser cazadores y recolectores, y comenzamos a cultivar. E inmediatamente después, nos comenzamos a asociar con especies de animales salvajes, y las modificamos, igual que hicimos con las plantas, para que cumplieran con nuestras necesidades de forma más precisa. Eso se conoce como ganadería.

Hoy en día, tan extendidas están tanto la agricultura como la ganadería, y así también la piscicultura, que raros son los alimentos que no procedan de ese origen —y con excepción de la pesca en alta mar, son además minoritarios en la dieta de la persona de a pie en el mundo desarrollado—; Tan solo las setas, los frutos del bosque y los reductos de caza es lo que queda, junto con aquella pesca, sin modificar por el ser humano.

Pero esas técnicas —ganadería y agricultura— tienen unas necesidades. Y la más importante en el tema que estamos tratando, es el espacio. Cuanto más avanzamos en biotecnología, sobre todo en cuanto a agricultura, mejor solucionamos ese problema. Pero cuanta más gente vive en el planeta, más espacio es necesario para llevar a cabo estas tareas. Eso hace que le robemos más y más espacio a los ecosistemas naturales. ¿Y eso es bueno o es malo? Pues depende. Para nosotros es necesario. Para la naturaleza, de forma inmediata, es negativo. Pero si la humanidad se extinguiera de pronto, de aquí a dos mil años todo volvería a la normalidad. Es desastroso, sí, pero también puntual. Si miramos el mundo desde una perspectiva del tiempo geológico, sería una breve mancha en miles de millones de años de historia de la evolución.

Pero me estoy desviando del tema.

Estas técnicas, como hemos visto, requieren espacio. Espacio que, de otro modo, estaría ocupado por ecosistemas naturales. Estamos artificializando esos ecosistemas, rompiendo los equilibrios.

Y luego hay un segundo problema. Durante siglos, la caza —una caza de miles de años, descontrolada, en ocasiones indiscriminada, e incluso devastadora— ha eliminado gran parte de la fauna. Y el mayor problema no es que se haya eliminado la fauna, sino de qué modo se ha hecho.

La ecología de la caza



Ejemplo de pirámide trófica
En toda pirámide trófica se puede observar que los productores son mucho más abundantes que los consumidores primarios —los herbívoros—, y éstos son mucho más que los consumidores secundarios —carnívoros—... y así. Aunque es un dato que varía puntualmente en cada ecosistema particular, podemos decir que la abundancia de los carnívoros es aproximadamente equivalente al 10% de la abundancia de los herbívoros. Es decir, que hay diez veces más herbívoros que carnívoros.

En datos hipotéticos, si hay 1000 unidades de consumo herbívoras en un ecosistema dado —suele medirse en términos de biomasa, pero nos quedaremos con esto para que sea más sencillo—, habrá 100 unidades de consumo carnívoras. 



Típica gráfica de relaciones 
depredador-presa según el modelo de 
Lotka-Volterra.  Nótese la diferencia en las 
escalas y el retraso de los picos del depredador
respecto de los de la presa.
Si cazamos al 5% de los herbívoros, y al 5% de los carnívoros, nos encontramos con que nos quedan 950 unidades herbívoras y 95 unidades carnívoras. Y eso está relativamente bien, porque se sigue manteniendo la proporción. Siguiendo la típica gráfica de depredador-presa en el tiempo, los depredadores caen en la misma medida que las presas y eso hace que se mantengan en el equilibrio. Cuando el ciclo de las presas vuelva al punto de máxima abundancia, dispondrán de más alimento que de costumbre y con menos depredadores de lo normal, y podrán reproducirse con mayor eficiencia; cuando lo hagan los carnívoros, dispondrán de más comida y también podrán reproducirse más, y volverán a su ciclo normal. Esa caza es una caza muy bien integrada en el ecosistema.

¿Qué pasa si año a año cazo de ese modo? Que generarás un nuevo equilibrio sobre las poblaciones, que se verá reflejado en una muestra de población inferior a la habitual. Cuando cese la presión cinegética, la recuperación del equilibrio es muy rápida y sencilla.

En ese caso, estamos actuando como especie externa, como actuaría una perturbación natural, afectando a todos los animales por igual, y manteniendo los equilibrios naturales.

¿Y si cazamos al 10% de los herbívoros, pero no tocamos a los carnívoros o cazamos muy muy pocos? en ese caso, estamos alterando el equilibrio de depredador-presa, y nos estamos incluyendo a nosotros mismos en la gráfica, en la posición de cazador. No estamos manteniendo el mismo equilibrio desplazado, como en el caso anterior, sino que estamos forzando al ecosistema a encontrar un nuevo equilibrio. ¿Y lo encuentra? Pues sí. Siempre que la caza no sea masiva, obviamente, la disminución del número de herbívoros hará que descienda el número de carnívoros por escasez de alimentos. Si la presión humana es constante sobre las presas, el sistema se reorganiza en busca de un nuevo equilibrio, y nosotros formaremos parte del equilibrio. Nosotros seremos competidores con los depredadores.

Y si en ese caso, dejamos de aplicar la presión cinegética, el resultado es semejante al anterior. Volverán a un equilibrio.

Pero, ¿y si la presión sobre los carnívoros es mucho mayor que la presión sobre los herbívoros? Por ejemplo, atacar de manera asimétrica, eliminando 50 herbívoros y 50 carnívoros (siendo que el número total de herbívoros es muy superior en el ecosistema). Nos deja la población inicial de 1000H - 100C en 950H - 50C.

Ese caso es bastante distinto, pues como vemos la población de carnívoros es muy inferior. Si eliminamos muchos carnívoros y muy pocos herbívoros, estarás causando un efecto de superpoblación de herbívoros, desestabilizando absolutamente el ecosistema. Esto se ve afectado en mayor medida por el retraso relativo de los ciclos de predadores respecto a las presas, como ilustra la gráfica. Si mantienes una presión cinegética sobre los cazadores, los pocos que queden necesitarán mucha suerte para encontrarse y reproducirse, y muchos se desplazarán, y directamente se marcharán de ese ecosistema o se extinguirán. Los depredadores no han evolucionado para comportarse como presas; sus estrategias vitales son de cazadores. Convertir a un depredador en presa es fatal para él.

¿Y qué pasa si los depredadores desaparecen? Que las presas se convierten en plaga. Y una superpoblación de herbívoros solo consigue una cosa: diezmar las poblaciones de vegetales, y desestabilizar completamente todo el ecosistema. Un desastre natural que tarda muchos cientos de años en repararse.

Ah, sí, y que los agricultores se ponen a llorar, claro.

Incluso cesando la caza sobre los depredadores, no será hasta muchos años más tarde que los carnívoros "vuelvan a ser lo que eran antes" y se restablezca el equilibrio en el ecosistema.

Hasta entonces pasará algo similar a lo que ocurrió, por ejemplo, con el sonado caso de los conejos en Australia. O el caso de los lobos de Yellowstone.

Y el verdadero problema, al menos en España (ignoro cuál es la situación en otros lugares) es que se ha abusado de la caza o muerte de depredadores —lobos (Canis lupus) cazados por venganza; el oso pardo (Ursus arctos) a las puertas de la extinción; el lince (Lynx pardinus) y su precioso pelaje, en peligro crítico; aves rapaces y sus malas experiencias con los cables de alta tensión...— y ha sido el propio ser humano el que ha generado dicho desequilibrio.

Y quien rompe paga, ¿no?

¿Y qué solución hay para esto?


Hay una solución. Aquel punto 4 que puse al principio del artículo.

Siempre y cuando se realice desde un ámbito de un estudio ecológico serio, un análisis científico de la población de cada animal y la distancia del ecosistema al equilibrio, podrá llevarse a cabo un control cinegético. Esto es. En un ambiente ideal, en el que la ciencia predominara sobre las creencias, las supersticiones y los dogmas, se autorizaría la caza de determinadas especies en épocas concretas y con un máximo de ejemplares a extraer, con el fin de hacer la función de control de población que de forma natural haría el depredador que falta; manteniendo así un equilibrio temporal denominado equilibrio cinegético.

Sencilla red trófica de un
ecosistema acuático
Si se realizara —fijaos que la frase está en condicional— de forma correcta, una técnica de control cinegético eliminaría el riesgo de superpoblación de herbívoros, y permitiría al ecosistema, año a año, volver a alcanzar su equilibrio natural, según los depredadores vayan volviendo o se vayan reproduciendo.

Lo que he explicado aquí de forma relativamente sencilla —he intentado que fuera lo más sencillo posible, pero los aspectos ecológicos en ocasiones son difíciles de comprender y de explicar— en realidad no es tan sencillo. Un ecosistema no es algo tan simple como una pirámide con cuatro pisos. En realidad, el comportamiento de los ecosistemas es más como una compleja red de hilos y nudos que se enredan y entrelazan de forma irregular, y todas esas complejas relaciones han de tenerse siempre en cuenta.

El asunto del control cinegético es que no es una solución permanente, sino temporal. Estos mecanismos deben acompañarse con otras formas de medida de conservación, y deben realizarse de manera estricta y bajo control de modelos científicos serios. Y a medida que el ecosistema se vaya recuperando, a medida que los depredadores vayan volviendo y los equilibrios se vayan restableciendo, a medida que la estructura del ecosistema vaya reconstruyéndose, la necesidad del control cinegético desaparece, con lo que, si las cosas se hacen bien, la figura del cazador, a la larga, deja de ser necesaria. 

Y la pregunta que lanzo en este punto es: ¿a cuántos cazadores conocéis que se muevan porque sea necesario mantener un control cinegético y no por cualquiera de los otros tres motivos antes expuestos? ¿A cuántos cazadores conocéis que antes de salir a cazar, revisen los censos poblacionales y los análisis científicos y técnicos para saber cuántos animales como máximo deberían cazar y de qué especie en cada caso —y digo "deberían" y no "pueden" ni "tienen permiso para", porque recordemos, la motivación es el control cinegético y no la caza por placer o venganza—?

¿Cuántos cazadores cazan motivados por la razón puramente ecológica del control cinegético, en comparación con cuántos cazan por venganza o por diversión? 

Conclusión

Lince ibérico (Lynx pardinus)
una especie protegida.
Desde un punto de vista natural e inmediato, hay actividades de caza que son negativas y hay otras que no lo son. Es imposible, desde el punto de vista científico, dar una visión negra o blanca del asunto. Todo depende de los factores en cada caso particular. Hay especies que nunca deberían ser cazadas, y que cazarlas es rotundamente negativo para el ecosistema; cazar lince, que es un superpredador, nunca dará nada productivo. Pero hay otras especies que deberían ser eliminadas sin miramientos: por ejemplo el cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii), que se ha cargado la mayor parte de los ecosistemas lacustres y limnícolas de la península, una especie exótica, invasora, y que no aporta nada más que destrucción al ecosistema en el que se instala. Hay especies que puede ser positivo o negativo según la época del año —como pasa con la liebre (Lepus europaeus)—, o según la situación en la que se encuentre su población —como pasa en ocasiones con el corzo (Capreolus capreolus)—; hay años que puede que se reproduzca de forma desmesurada y sea necesario un control de población, y puede haber años que no haya casi reproducción y sea necesaria su protección.

Liebre común (Lepus europaeus), una
típica especie cinegética de zonas donde
debería haber lince y no lo hay.
Y lo mismo que pasa con las especies, pasa con los ecosistemas. Hay ecosistemas en que el control cinegético es completamente necesario, a corto plazo, para evitar un desastre natural que acabaría destruyendo el mismo; y hay otros que es mejor no tocarlos porque están muy bien como están. Todo depende de las circunstancias que se den en cada caso particular, y para conocer esas circunstancias es necesario realizar prospecciones y estudios científicos frecuentes. Y siempre con la perspectiva de que, en el futuro, deje de ser necesario.

Claro que las cosas se pueden hacer bien y se pueden hacer mal. Y consta que muchas veces, la gente que debería promulgar que las cosas se hagan bien son los que luego lo hacen mal. Cuando los legisladores legislan sobre temas científicos sin tener de por medio una base científica, las cosas no suelen salir bien. Pero ese es un tema transversal, del que a lo mejor hablo otro día.

Pero de ninguna forma se puede prohibir la caza de forma absoluta, lamentablemente, pues si así se hiciera, muchos ecosistemas terminarían extinguidos, y eso es un hecho empírico. Al menos, en el momento en que escribo estas palabras. Ojalá llegue un día en que el control cinegético deje de ser necesario.

En general, nada es blanco ni negro. Generalmente hay una escala de grises. Y en el aspecto de la caza, desde un punto de vista ecológico (ecológico de ecología, la ciencia; no de ecologismo, la ideología) hay muchísimas cosas a tener en cuenta:
  • La especie
  • El estado poblacional en el que se encuentra
  • La época del año
  • Las relaciones que tiene con el resto de especies
  • El estado poblacional de las especies con las que se relaciona
  • El estado actual del ecosistema
  • El estado ideal del ecosistema
  • Las causas que han llevado al ecosistema a estar como está
  • etc.
A ver cuántos cazadores tienen en cuenta todas esas cosas.
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