Y es que el día 1 de febrero se hizo pública la venta de «Y sin embargo no se mueve», el libro escrito por Juan Carlos Gorostizaga, Ldo. en física y profesor de la UPV, y Milenko Bernadic, Dr. en matemáticas; el primero de los cuales ya he mencionado tiempo atrás en este blog, y que es el que lleva el blog
Creacionismo Especial. La noticia me llegó por varios medios; unas cuantas personas se acordaron de mi según lo vieron, aunque yo lo vi el primer día que apareció en su blog: lo tengo en mi RSS.
Y como es obvio, el libro trata de lo que trata, de lo mismo que trata en su blog. De egocentrismo, creacionismo, y demás tonterías.
Me quedo con ganas de comprar el libro, aunque solo sea para saciar mi curiosidad, y más cuando leí el subtítulo del mismo: «egocentrismo desde la perspectiva de la razón y la fe». No lo voy a hacer, por no dar dinero a este tipo de gente, pero… con ganas me quedo. Esperaré a que aparezca en alguna biblioteca. ¿Lo pondrán en ciencia ficción?
Según el primero de los autores:
«En este libro presentamos el egocentrismo (…), el mismo que varios científicos católicos actualmente defienden a lo largo del mundo. Se trata de una visión cosmológica olvidada o, más bien, apartada injustamente del saber:»
Comienza con las partes de esa visión:
«que la Tierra no se mueve, es decir, no orbita alrededor del sol (es el sol el que lo hace alrededor nuestro),...»
Ignorando todo lo que sabemos sobre gravitación y relatividad, ya que propone que un objeto de gran tamaño orbita alrededor de uno de tamaño muy, muy, muy inferior…
«… ni tampoco rota sobre el eje Norte-Sur (es el firmamento como un todo el que lo hace),…»
Ignorando así cosas como la aceleración de Coriolis —que explican con la existencia del éter, cuya existencia quedó refutada con el experimento de Michelson y Morley en 1887— o que los objetos más lejanos —de Urano para allá, incluyendo todas las galaxias— viajen a velocidades superlumínicas.
¿Cómo? ¿Que no entiendes lo de la velocidad superlumínica? Fácil.
Sabemos que la velocidad de la luz es una constante física, y tiene el valor de 299 792 458 m/s, o lo que es, aproximadamente, 1 079 252 849 Km/h. Para redondear el cálculo, lo dejaremos en 1,08 Tm/h. Eso significa que 24 horas-luz son 25,92Tm —es decir, 25 920 000 000 000 metros—. Si trazamos una circunferencia con esa longitud, nos da un radio total de 4,13Tm.
Asumiendo la Tierra como centro de giro, todo objeto que se encuentre en el plano ecuatorial de la rotación estaría dando una vuelta completa a la Tierra cada 24 horas, ¿correcto? Pero un objeto que se encuentre a 4,13Tm de la Tierra está viajando a la velocidad de la luz —está viajando una distancia de 24 horas-luz, en 24 horas—.
Urano se encuentra a una distancia —media— de la tierra de 2,9Tm, pero el siguiente cuerpo importante, Neptuno, se encuentra a 4,5Tm. Eso significa que Neptuno da una vuelta en 24 horas una distancia que la luz recorre en 26 horas y 10 minutos. Curiosamente, la estrella más cercana, Próxima Centauri, a 4,2 años-luz de la tierra —ese sería el radio— realiza un viaje de 26,4 años-luz alrededor de la tierra, en tan solo 24 horas.
Juzgad por vosotros mismos.
Lo que yo no entiendo es: ¿Cómo es posible que esta persona aún conserve su plaza como docente en una Universidad pública española? ¿Qué enseñará este señor a sus alumnos?