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martes, 12 de julio de 2011

¿Por qué nos gustan tanto las grasas?

Noticia original extraída de la versión digital de Muy Interesante.

¿Por qué nos gustan tanto las grasas? ¿Qué hace que un plato de patatas fritas nos resulte irresistible y que no podamos parar de comer tras probarlas? Una sustancia natural similar a la marihuana tiene la culpa según un estudio de la Universidad de California Irvine (EE UU).
Según Daniell Piomelli y sus colegas, las grasas de ciertos alimentos producen en nuestro digestivo endocannabinoides, sustancias químicas similares a la marihuana relacionadas con la euforia pero también con el hambre. Los azúcares y las proteínas, afirman los investigadores, no tienen este efecto.
El proceso empieza en la lengua, donde las grasas de los alimentos generan una señal que viaja al cerebro y luego, a través del nervio vago, hasta los intestinos.El resultado es que el apetito aumenta, probablemente por la liberación de moléculas digestivas asociadas al hambre. Piomelli asegura de que, desde el punto de vista evolutivo, existe una necesidad imperiosa para los animales de consumir grasas, que escasean en la naturaleza pero son cruciales para que las células funcionen. En la sociedad actual, sin embargo, las grasas están demasiado “al alcance”, y la tendencia innata a comerlas conduce a problemas como la obesidad, la diabetes e incluso el cáncer, concluyen en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Tras el hallazgo, los científicos sugieren que sería posible revertir esta tendencia a abusar de las grasas usando fármacos que bloqueen los receptores de los cannabinoides.
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miércoles, 6 de julio de 2011

Actuación central de la Cumbre de Río de 1992

Era junio de 1992. Yo por aquel entonces no era más que un niño de 7 añitos que se pasaba las tardes jugando con sus juguetes de animales a escala, y oí hablar de una cumbre por la tierra. Mi padre me dijo que una niña había dejado las cosas claras a todos los mandamás del mundo, sobre cómo estaba la situación del planeta. Yo le respondí que el mundo se estaba yendo al traste. Y mi padre me respondió con el típico "cuánta razón tienes, hijo mío".

Hace ya 19 años que ocurrió aquello, y no me canso de ver el video de esa chica, hoy en día bióloga, estudiante de etnobotánica y activista, que dejó al mundo sin palabras con tan solo 12 años de edad.

Hoy quiero recordar una vez más sus palabras. Y en esta ocasión, lo voy a compartir con todos vosotros.

¿Sabéis lo peor? Que este mensaje, habiendo sido uno de los videos más reproducidos de Youtube, y teniendo 19 años, por lo visto aún no ha llegado a los oídos a los que tiene que llegar. ¡Y eso que esos oídos fueron los primeros en oir dicho mensaje!

Allá va.

Hola, soy Severn Suzuki y represento a ECO (Environmental Children's Organization). Somos un grupo de niños de 12 y 13 años de Canadá intentando lograr un cambio: Vanessa Suttie, Morgan Geisler, Michelle Quigg y yo. Recaudamos nosotros mismos el dinero para venir aquí, a cinco mil millas, para decirles a ustedes, adultos, que deben cambiar su forma de actuar. Al venir aquí hoy, no tengo segundas intenciones. Lucho por mi futuro.
Perder mi futuro no es como perder unas elecciones o unos puntos en el mercado de valores. Estoy aquí para hablar en nombre de todas las generaciones por venir. Estoy aquí para hablar en defensa de los niños hambrientos del mundo cuyos lloros siguen sin oírse. Estoy aquí para hablar por los incontables animales que mueren en este planeta porque no les queda ningún lugar adonde ir. No podemos soportar no ser oídos.
Tengo miedo de tomar el sol debido a los agujeros en la capa de ozono. Tengo miedo de respirar el aire porque no sé qué sustancias químicas hay en él. Solía ir a pescar en Vancouver, mi hogar, con mi padre, hasta que hace unos años encontramos un pez con cáncer. Y ahora oímos que los animales y las plantas se extinguen cada día, y desaparecen para siempre.
Durante mi vida, he soñado con ver las grandes manadas de animales salvajes y las junglas y bosques repletos de pájaros y mariposas, pero ahora me pregunto si existirán siquiera para que mis hijos los vean.
¿Tuvieron que preguntarse ustedes estas cosas cuando tenían mi edad?
Todo esto ocurre ante nuestros ojos, y seguimos actuando como si tuviéramos todo el tiempo que quisiéramos y todas las soluciones. Soy sólo una niña y no tengo soluciones, pero quiero que se den cuenta: ustedes tampoco las tienen.
No saben cómo arreglar los agujeros en nuestra capa de ozono. No saben cómo devolver los salmones a aguas no contaminadas. No saben cómo resucitar un animal extinto. Y no pueden recuperar los bosques que antes crecían donde ahora hay desiertos.
Si no saben cómo arreglarlo, por favor, dejen de estropearlo.
Aquí, ustedes son seguramente delegados de gobiernos, gente de negocios, organizadores, reporteros o políticos, pero en realidad son madres y padres, hermanas y hermanos, tías y tíos, y todos ustedes son hijos.
Aún soy sólo una niña, y sé que todos somos parte de una familia formada por cinco mil millones de miembros, treinta millones de especies, y todos compartimos el mismo aire, agua y tierra. Las fronteras y los gobiernos nunca cambiarán eso.
Aún soy sólo una niña, y sé que todos estamos juntos en esto, y debemos actuar como un único mundo tras un único objetivo.
Aunque estoy enfadada, no estoy ciega, y, aunque tengo miedo, no me asusta decirle al mundo cómo me siento.
En mi país derrochamos tanto… Compramos y desechamos, compramos y desechamos, y aún así, los países del Norte no comparten con los necesitados. Incluso teniendo más que suficiente, tenemos miedo de perder nuestras riquezas si las compartimos.
En Canadá vivimos una vida privilegiada, plena de comida, agua y protección. Tenemos relojes, bicicletas, ordenadores y televisión.
Hace dos días, aquí en Brasil, nos sorprendimos cuando pasamos algún tiempo con unos niños que viven en la calle. Y uno de ellos nos dijo: “Desearía ser rico, y si lo fuera, daría a todos los niños de la calle comida, ropa, medicinas, un hogar, amor y afecto”.
Si un niño de la calle que no tiene nada está deseoso de compartir, ¿por qué nosotros, que lo tenemos todo, somos tan codiciosos?
No puedo dejar de pensar que esos niños tienen mi edad, que el lugar donde naces marca una diferencia tremenda. Yo podría ser uno de esos niños que viven en las favelas de Río; podría ser un niño muriéndose de hambre en Somalia; un niño víctima de la guerra en Oriente Medio, o un mendigo en la India.
Aún soy sólo una niña, y sé que si todo el dinero que se gasta en guerras se utilizara para acabar con la pobreza y buscar soluciones medioambientales, la Tierra sería un lugar maravilloso.
En la escuela, incluso en el jardín de infancia, nos enseñan a comportarnos en el mundo. Ustedes nos enseñan a no pelear con otros, a arreglar las cosas, a respetarnos, a enmendar nuestras acciones, a no herir a otras criaturas, a compartir y a no ser codiciosos. 
Entonces, ¿por qué fuera de casa se dedican a hacer las cosas que nos dicen que no hagamos?
No olviden por qué asisten a estas conferencias: lo hacen porque nosotros somos sus hijos. Están decidiendo el tipo de mundo en el que creceremos. Los padres deberían poder confortar a sus hijos diciendo: “todo va a salir bien”, “esto no es el fin del mundo” y “lo estamos haciendo lo mejor que podemos”.
Pero no creo que puedan decirnos eso nunca más. ¿Estamos siquiera en su lista de prioridades? Mi padre siempre dice: “Eres lo que haces, no lo que dices”.
Bueno, lo que ustedes hacen me hace llorar por las noches. Ustedes, adultos, dicen que nos quieren. Los desafío: por favor, hagan que sus acciones reflejen sus palabras.
Gracias.

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viernes, 1 de julio de 2011

La planta del mes (julio): Borraja

Flor de Borago officinalis. ©A. Bayón

He decidido empezar una nueva sección en el blog. A principios de cada mes tengo la intención de realizar una entrada hablando sobre una planta, que la llamaré la planta del mes. Serán plantas que tengan principios activos medicinales, y las acompañaré de una fotografía de realización propia. Serán entradas cortas y escuetas, pero a la vez explicativas.

Hablaré brevemente de la planta. Incorporaré datos medicinales, y también información sobre los principios activos (compuestos químicos que ejercen efecto medicinal). Por supuesto, también hablaré de las precauciones que han de tenerse.

Así, hoy, 1 de Julio, os presentaré la que he elegido como planta del mes: la borraja.


Nombre científico: Borago officinalis


Es una planta de la familia Boraginaceae, empleada de forma tradicional como planta de efectos medicinales.
Su cultivo está muy extendido, y podemos encontrar generalmente dos coloraciones en la flor. La coloración azul se corresponde con la variedad silvestre, mientras que la que generalmente se cultiva es la variedad blanca.

La parte medicinal (denominada droga vegetal) de la borraja es la flor, que ha de recogerse durante la primavera, y en un día seco (pues el agua arrastra los mucílagos, que son las moléculas activas). Además el proceso de secado ha de ser rápido, siendo recomendable el uso de una estufa.

Propiedades medicinales
Por su contenido en mucílagos, la borraja es un emoliente y espectorante muy util en el tratamiento contra la tos.
En vía tópica es antiinflamatorio y astringente. Estas propiedades también las presenta a nivel renal.
El “agua de borrajas” es un vermífugo muy útil: funciona contra la iictericia y los parásitos intestinales
Además posee un efecto diurético y depurativo. Las flores son sudiríficas.
En algunos lugares se consume como verdura.

Precauciones
Aunque no se conocen efectos tóxicos graves, no es conveniente consumirla a diario, por la presencia de alcaloides pirrolizidínicos. Las embarazadas deben abstenerse de consumirlo.

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